Los papeles y cartones
ya se llevó el basurero,
y el árbol de Navidad
por viejo se fue el primero.
El hueco del nacimiento
en la balda quedó austero,
vacío y aún sin nada
que regrese a este librero.
Es cierto que en la cocina,
conservados con esmero,
quedan turrones de almendra,
chocolate y limoncelo.
Pero acabó la fiesta
y viajamos por enero
con alegría manifiesta
no en balde hasta los pelos...
terminamos de esta cita
que remueve el canguelo,
la nostalgia y la zozobra
que alimentan los recuerdos.
Ya me quedo con los gozos
que me han hecho un hombre nuevo
y esa serena paz
que aclara los senderos...
de la vida que se fragua
en los normales anhelos.
Bendita serenidad
la que en mi alma ya siento!
Por eso, aunque a esta cuesta
uno llega sin dinero,
viva este mes que devuelve
a todos los pies al suelo!
Diciembre será a las fiestas
que reconocen los fueros
lo que a la vida sencilla
son estos días postreros...
de rebajas, de ahorros
y de propósitos nuevos.
Bienvenido seas ahora,
esperadísimo enero!
No hay comentarios:
Publicar un comentario