Pastas de mis pregones de Semana Santa de El Pto, Sanlúcar, Jerez y Pto. Real. |
Unas pastas preciosas acunan 38 folios en una vitrina del salón de casa. La familia se prepara para mañana. Y mi hijo, el pequeño, escucha marchas procesionales conmigo. Desconectar tan bruscamente, como bajar de cien a cero en una losa, es un ejercicio que da dolor de cabeza. Es stress que sale en medio del descanso. Nada que ya no conozca. Pero hoy tiene un sentido distinto, algo al menos. Quizá porque no se trata de vaciar la mente y quedarme in albis, disponer un fin de semana balsámico sin más.
Hoy tengo esperando, para ocupar el espacio que las preocupaciones semanales dejarán en cuanto el dolor pase, una cola mayor aún que la que hay en este momento ante el palacio de Ifeca para el Salón del Manga. La diferencia es que cuanto aguarda a acomodarse en mi interior no se reviste de tan extraños aspectos como los de esos jóvenes que encarnan a sus personajes favoritos. Buscan ya su lugar en mí la serenidad, la paz, el equilibrio, la inspiración, la intención, la armonía, la felicidad, la piedad y la elocuencia.
El Pregón Oficial de la Semana Santa llevará mañana al mercedario Ismael Maroto Carabaño al jerezano Teatro Villamarta, a José Manuel Lorenzo Salmerón al atril de El Puerto de Santa María, al compañero periodista Juan Manzorro Burguillos en Cádiz, al joven Francisco Javier Segura Márquez a exaltar la celebración en San Fernando, a Antonio Bernal en Rota o al colega delegado diocesano de Medios de Comunicación en Málaga Rafael Pérez Pallarés en esa otra capital andaluza.
A todos los adivino, en este momento, en tesitura similar en función de la personalidad y, desde luego, al amor de devociones, trazas literarias y perfiles humanos, geográficos e históricos que pregonar distintos. Exhale el sábado para todos los que, como yo, nos preparamos para adentrarnos en las brumas y los claros de la fe, la tradición, la cultura o la nostalgia de un pueblo que, pese a quien le pese, en citas como la de la Semana Santa se reconoce como en pocas, por encima incluso del compromiso con el credo que lo mueve.
Quizá algunos no lo entiendan, es más que posible. Pero el día de hoy es, desde luego, víspera que nos 'envigilia' adormeciendo temores e impulsándonos hacia el éxito en un compromiso literario y religioso que solo será, finalmente, lo que Dios quiera. Por ello, esta parada previa ya me coloca invocando al Espíritu Santo para que mi exaltación me haga visible instrumento de la redención de Cristo y del amor maternal de María Santísima. "Pregonero, pregonero, perfuma tu alcoba con albahaca y romero". Eso hago presuroso.
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