domingo, 3 de junio de 2012

Pro-orantibus

Religiosas clarisas
Mandan narices una situación que nos hace mirar hacia arriba con la impotencia de quien ya no sabe qué hacer con la prima de riesgo ni con las cifras crecientes del paro ni con la incapacidad de generar riqueza ni mucho menos con la confianza necesaria para que los pocos que dispongan de la liquidez suficiente para emprender hagan otra cosa que elegir en casa la losa bajo la que colocar la caja fuerte.
Pero mandan más narices, para mi gusto, que se nos haya olvidado para qué miramos al cielo cuando ya nos reconocemos incapaces de resolver nuestros propios problemas. Quien falla el penalti se lleva las manos a la cabeza y mira 'parriba', quien mete la pata eleva sus ojos pero apenas si sabe musitar un "macachis" y quien tiene un problema quizá se atreva a decir un "dios santo" sin mayor intención.
Hoy domingo, el de la Santísima Trinidad, es la Jornada Pro-Orantibus que propone el recuerdo por los que dedican sus días a orar por los demás. La Iglesia señala un solo día al año para rezar por los que rezan, poco para lo que hacen nuestras monjas de clausura por nosotros en medio de mayor hambre física de la que nosotros hayamos conocido aún. Pero menos haremos porque ni hoy las recordaremos.
Por ello este post tiene el sabor a las pastas y rosquillas entre las que ellas detienen su actividad para acordarse, todos los días varias veces, de nosotros, pobres mortales que no solo tenemos problemas sino que nos creemos los que peor lo llevamos. Tanto que nunca jamás pensaremos que ellas, por ejemplo, cuando se agarran a una oreja no se llegan a la otra. Pero insistiremos inconscientes: "Yo peor".
Propongo que hoy no nos atrevamos a llorar meramente nuestra lamentable situación y que cuando nos enteremos de que la prima de riesgo sube elevemos una oración por los religiosos y religiosas que rezan por nosotros, cuando volvamos a tener cifras del paro pronunciemos una por cada una de ellas y ellos y cuando nos apunten que aún nos faltan un puñado de años para salir del hoyo volvamos a rezar.
No entraba entre las medidas que proponía el dueto que formaban la Merkel y Sarkozy. Y cambiado el segundo por el tal Holland nada indica que vayan a incentivar aquello que el nuevo entiende por ir más allá de los recortes para anotar verdaderos generadores de riqueza. Pero las monjas no sabrán de alta economía. Y, con todo, sí de la creación de aquella otra riqueza que continuamos sin valorar.

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