lunes, 15 de octubre de 2012

Santa Teresa de Jesús y Tere


Hoy es el día de Santa Teresa de Jesús. Y en casa es jornada para tener algo más que una mera palabra especial con aquella que lleva el nombre de la ejemplar abulense: mi esposa. «O sufrir o morir» era la divisa con la que aquella mujer, de armas tomar por su tozudez, se lanzó en un segundo momento de su vida religiosa a la reforma del Carmelo y la apertura de hasta quince conventos en toda España.

Tere, que algún elemento en común presenta con la santa, tiene el ímpetu de lo que su rico temperamento dicta y si, durante veinte años y remontando todo tipo de contrariedades y dificultades, aquella que le da nombre se dedicaría con especial tenacidad a implantar su reforma descalza o teresiana, otros veinte lleva ya su patroneada casada conmigo y haciendo visible un presente que nos mantiene en marcha.

Al tiempo que se crecía ante las dificultades, cobraba hondura la vida espiritual de Teresa de Jesús, preciosamente descrita en esa obra literaria que ha quedado como expresión viva de la mística de todos los tiempos. Pues del mismo modo crece el poso profundo que la personalidad de mi mujer deja en casa a cada momento haciéndonos adivinar la hondura de unas inquietudes no siempre bien comprendidas.

Es por ello, Tere, que quiero testimoniar hoy mucho más que una felicitación al uso y, poniéndolo negro sobre blanco en este mi blog y por tanto al albur de miradas terceras, comprometer lo que dejo dicho dando licencia con ello a que el lector ajeno a nuestro matrimonio sea testigo de mis mejores deseos para ti, porque también lo serán para nuestros tres hijos y para mí mismo. Un beso grande y que tengas el mejor día posible.

Al ejemplo de Santa Teresa de Jesús, la santa de Ávila que te da nombre, y al amor de la familia que tanto te quiere confío el bienestar de quien como tú será siempre el eje, el centro, la base, el equilibrio, la sensatez, el ejemplo, el timón, el horizonte, el camino, la esperanza y la ilusión de todos nosotros. Palabra de Gaby!


jueves, 11 de octubre de 2012

La Hispanidad


Si el concepto nació para intentar amalgamar instancias nacionales que ya no eran de soberanía española, todas aquellas nuevas patrias nacidas hace un par de siglos y en años posteriores allende el Atlántico, quizá se equivoca Cataluña no disfrutando de un día como el de mañana. La hispanidad como paraguas patrio que, seguramente demodé, alude más a influencia apenas cultural que a dominio no es algo que los más foribundos independentistas no puedan llegar a asumir.

Si es hispanidad todo aquello que aún queda en países tan diferentes del nuestro, amén de propietarios de su propio destino, como Argentina, Bolivia, Venezuela o Cuba (tan abiertamente antiespañolistas por otra parte), torpean los Mas aldeanos de aquel país cuando se posicionan sobre tarimas más inmovilistas que aquellas contra las que dicen movilizarse. Lo que queda es rémora, inercia o mera estela de una historia. Poco más que un acervo cuya presencia en la mochila colectiva es inamovible.

Alguien ha comparado estos tiempos que algún día afirmaremos con enjundia que llegamos a conocer con aquel 98 de la pérdida de Filipinas o Cuba, del Maine explosionado por quien fuera y de la generación de literatos que dieron gloria, aun desde la nostalgia y el fatalismo, a las letras españolas para siempre. También dieron reflexión sobre las cosas patrias. Y si levantaran la cabeza asentirían lamentando que su actitud de entonces estaba más que justificada. Que esto parece no tener remedio.

Hispanidad es, hoy por hoy, un conjunto de sensaciones que ya apenas nos colectivizan, un recuerdo del régimen que concluyó hace tantos años como duró, una bandera tan archiquemada aquí y allí como ondeada por nuestros deportistas de élite. Si no fuera por ellos lo que este viernes celebramos apenas si merecería mayor detenimiento. Y si lo hago ahora es más por la acción de aquellos que buscan, precisamente, destruir la nación por activa o por pasiva. Qué paradoja más grande.

lunes, 8 de octubre de 2012

San Dionisio y los pendones del independentismo

Velo armas en vísperas de ese día de suyo anodido que consagramos anualmente a San Dionisio Areopagita. E, independientemente de la dificultad del tan traído apellido del patrón, de si su cabeza va bajo el brazo cual balón en manos del capitán del equipo o de si el pendón histórico terminó convirtiéndose en paño de cocina, lo cierto es que con artificio contemplamos la cohechura de una jornada digna de ser metida en una urna como pieza de ese museo en el que no caben las cosas útiles de la vida.

Mañana será trasladado el sucesor moderno del viejo estandarte de Alfonso X El Sabio para llevar, desde el Cabildo Antiguo hasta San Dionisio, el perfume de una restitución del culto cristiano que, sin aditamentos guerreros plausibles, sí constituye legítima conmemoración para la Iglesia local. También llevará esas reminiscencias reconquistadoras tan inevitables y que peor aún se pondrán cuando en 2014 se cumplan y celebren los 750 años de aquella acción que reincorporó estos territorios al Reino de Castilla.

Y es entonces cuando me vienen a la memoria las escenas del Barça-Madrid, el mosaico reivindicativo y el griterio independentista en el minuto 17'13'' de partido. Respondiendo simbólicamente al año en el que Felipe V se cargó la autodeterminación catalana. Un rosario de fechas podemos subrayar ahora de cuando dejaron de pertenecer a la corona de Aragón o de cuando Euskadi o Galicia o Portugal o el cantonalismo dibujó los más diversos mapas imaginables. Hasta la llegada de Ikea la república independiente de mi casa.

El día que San Dionisio se vuelva a colocar la cabeza en su sitio advertirá todo aquello que haya querido la historia que vuelva a cambiar. Pero en el fondo, muy muy en el fondo, lo que apreciará es que seguimos siendo tan pacatos como casi siempre. En la aldea global somos demasiado capaces de dividir en divisiones subdivisibles y recomponibles al gusto del más pintado. Como el que forma como quiere un puzzle bajo el capricho de su albedrío tan libre como le dictan las circunstancias que le convengan.

jueves, 4 de octubre de 2012

Cristianos perseguidos

No te preocupes, querido seguidor de mi blog, que no te doy la brasa con uno de esos temas recurrentes entre mis inquietudes. Pero esta tarde, será porque el patio de Bertemati estaba más tranquilo que ayer en una primera proyección auspiciada por la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada o de lo que estará mañana viernes que se podrá visualizar 'Érase una fe', me he deleitado algo más en las fotos de la exposición que este sábado se clausura en el Obispado con el nombre 'Cristianos perseguidos hoy'.

Rostros quemados por creer en Cristo en la India, cruces destrozadas en nombre de otra fe en Irak, abatidas imágenes sagradas para aquellos que solo quieren el consuelo que les reportan en Bosnia-Herzegovina, muchedumbres de rodillas en China pese a todo lo que se les pone en contra... Deprimente, verdad? Las fotografías, en gran formato y con la belleza de esa crudeza captada sin grandes aspavientos artísticos, evidencian que no hemos conseguido un mundo mejor. Desde luego que no.

Leo esta misma tarde en Facebook a personas que equiparan intolerancias del cristianismo con otras del islamismo y no puedo concluir más que en un incremento de mi pena. Yo, que aquí he podido acceder a la mezquita de Jerez y que con todo respeto para el imán y quienes en ella se encontraban he sido una muestra más de cómo se trata a quien llega a Occidente con otro credo, me hundo en la miseria al contemplar lo que ocurre en esos países con otra tradición religiosa y un mucho de miedo a lo desconocido.

Seguro que es eso. Pero, donde no hemos de temer a lo que -a poco que nos empeñamos podemos ponerle entendederas-, también aquí nos encontramos ese punto de persecución como tic de una sociedad a la que la Iglesia puede no haber sabido llegarle con su mensaje pero en medio de la que, desde luego, no caben más peticiones de perdón ante los errores que las ya puestas al alcance de todos por los últimos papas. Llega la hora, sin embargo de la fe. La crisis nos mueve a ello. Si ella no hay forma de continuar.

Mañana viernes (Obispado, 19:30 horas) podrás conocer bien cómo viven la fe en esos otros países de los que te hablo. Si quieres ser justo en tus valoraciones te animo a que vengas, veas la exposición y te quedes a la proyección. La cuestión es que no hagamos valoraciones tontorronamente superficiales cuando queramos hacer tabla rasa al respecto, por ejemplo, del integrismo religioso y sus efectos. No es posible decirlo más claramente que lo hace Ayuda a la Iglesia Necesitada.

miércoles, 3 de octubre de 2012

La leche, así de sencillo

Una hogaza de pan tierno puso mi día en marcha y aceite de la Sierra de Cazorla chorreado con abundancia engrasó la vieja maquinaria de producir en la que me convierto cuando, tan pronto, ya pierdo la conciencia de ser persona. El miércoles es mal día para ser otra cosa. Ni puede uno dejarse ya llevar por las inercias de ese fin de semana prolongado en el recuerdo reciente ni tampoco es tiempo aún para el solaz venidero.

Es por ello que el frenesí radiofónico cunde humos saliendo a borbotones del aliviadero de mi pensamiento saturado sin que por ello pueda permitirme otra cosa que descolgar teléfonos como un pulpo, animar a Periáñez a que cumpla los horarios de grabación para el magacín regional o descubrir que la vieja leche de mi infancia (a vueltas con el desayuno) devuelve al consumismo del siglo XXI una marca entrañable: La Merced.

Creo que el impulso que necesitamos para salir de la crisis debe obedecer a valentías de mucha monta pero de poca sorpresa. Ahí lo tenemos, en la leche. Y cuando dicen aquello de la imaginación al poder termino anotándolo en el libro de las grandilocuencias aunque el pragmatismo que me puede cada vez más me dicta otras sentencias más del día a día. Que pregunten si no a los ganaderos productores del blanco alimento de cada desayuno.

La noche se hecha encima entre proyecciones sobre esas tierras lejanas en las que la fe cristiana sufre y las notas que apuntan una actividad incesante. Apenas si he tenido tiempo para serenarme ante mi blog. Palabra de Gaby! La leche que mam... Pero ésa fue otra.

martes, 2 de octubre de 2012

Más bitácora

Que octubre recomponga el arrebato que la persistencia de todo lo que huele a estío mantiene en aquello que llaman el veranillo de los membrillos. Estoy hasta el gorro, que llueva y nos abriguemos es lo que deseo. Y, de hecho, regresar al blog tras un nuevo paréntesis se me brinda como oportunidad con la que ejercer la normalidad por la vía de la palabra hecha bitácora.

Hago propósitos de mantenerme en la brecha de una comunicación que cada día propende más al intimismo de la reflexión personal que a la extroversión de opiniones categóricas. A medida que envejezco considero menos interesante mi opinión confrontada y más necesaria mi aportación por la vía de las sensaciones transmitidas con la riqueza que tenga a mi alcance.

Tengo 48 años y, de pronto, casi me siento llamado a compartir como lo haría el abuelo: enseñando sin proponérselo, sugiriendo más que exhortando, abundando en las experiencias vividas más allá de aquello que éstas me inviten a pontificar sobre presente tan crudo como el que venimos sufriendo. El 2013 viene peor, me dicen. Pues sea lo que Dios quiera.

Es la Semana de los Mayores y mayor me siento. Y, aunque ya quisiera yo tamaña sabiduría, me basta con sentir como siento. Bitácora más que nunca es pues lo que me planteo cada vez que la Palabra de Gaby! se eleve desde ahora. Que lo que diga, sin quitarme del sitio ante el toro de la controversia, más que ser discutible sea lo que es sin motivos para la respuesta ajena.

Así llego al final del día. Tertulia cuidadosa en la radio, visita desde Puerto Real en el Obispado (ya os contaré) y a casita. Mañana será otro día. Si me buscas te contaré. Si no también te contaré, para cuando decidas que tienes algo de cierto interés (por poco que sea) que encontrar en la bitácora de un periodista ya cansado de muchas de las cosas con las que se topa.