sábado, 31 de julio de 2010

Encantado de regresar


Carretera y manta. Recogida de bártulos en El Rompidillo y vuelta a la ciudad que, quizá puedan comprobarlo, no he dejado del todo a decir verdad. Se acabó lo que se daba y, aunque el veranito aún tendrá sorpresas (para como está el patio... virgencita déjame como estoy), lo cierto es que mi vuelta el lunes a la radio da por concluido el asueto.
Tres veces he hecho esta mañana el trayecto entre Rota y Jerez. Dos en coche y uno en moto. Y despachar con ganas de vuelta el final de unas vacaciones ('ertadas' pero vacaciones) no deja de ser un buen antídoto contra eso que llaman síndrome post-vacacional. Bendita normalidad que me aguarda lleno de fuerzas para seguir adelante.
Ahora mi disponibilidad para ustedes, queridos lectores, podría crecer. Digo yo. En cualquier caso, y pese al volumen de trabajo que me aguarda, yo estoy encantado. ¿No se me nota?

viernes, 30 de julio de 2010

Poca coincidencia para tanto escapismo


No termino de entenderlo. Pero así ha sido. Aprecio a Moresco y respeto a Pilar. Sirva para compensar que soy jerezano y no portuense. Y para poner en solfa la coincidencia de forma más categórica no me callo que he sido pregonero de las dos: la Feria del Vino Fino me tuvo en el atril-barril de la Caseta Hello Libo en la primavera de 2008 y la Feria del Caballo en aquel triunvirato, promovido por Garvey, con el que, junto a Enrique de Mora y Andrés Cañadas, tanto me diverti aquella noche de 2009.
Ahora resulta que el Recinto de las Banderas abrirá en 2011 entre el 11 y 16 de mayo y el Parque González Hontoria en los días que van del 8 al 15. El caso es que huir de la Feria de Sevilla, de la Romería del Rocío, del Mundial de Motos y, este año próximo, de las Elecciones Municipales es demasiado escapismo como para que no termináramos en éstas. Eso sí, juro y perjuro que la primera de las copas que me tome esos días, en Jerez o en El Puerto, brindará por aquél que dé solución a este asunto.
Palabra de Gaby!

jueves, 29 de julio de 2010

Mañana triste en Los Alburejos


Admiro a Álvaro Domecq Romero. Me parece un hombre emprendedor, muy alejado del rol del señorito, muy sensato y con una prudencia de la que podrían aprender muchos. Apenas habla por no ofender. Semejante personalidad, con la de los colaboradores que se terciasen, generó el proyecto 'A campo abierto', toros y caballos evolucionando en el madio natural campero que, junto a gastronomía eminentemente andaluza, proporcionara un ocio distinto a cuantos visitantes se lo propusiesen.
No sé si faltó una excursión que llevara a todos los parlamentarios catalanes a su finca de Los Alburejos antes de la sesión de ayer de tan nefasto recuerdo para los taurinos. Alguna iniciativa parecida quiero pensar que se habría organizado en ese tiempo de reflexión y debate sobre la prohibición ya perpetrada. Pero dudo mucho sobre si, producida esta invitación a conocer eso que se ha borrado del futuro de Cataluña, la propuesta tuvo la calidad de la presentación de Domecq y los suyos.
Hoy leo a Antonio Romero y Pepa Pacheco en La Voz los efectos del "estoconazo a la ganadería de lidia provincial". Nuestra tierra, junto a Sevilla, es la que más ganado bravo venía vendiendo en aquel rincón nororiental de la geografía española. El empresario Pedro Balañá dice que "es una limitación a la libertad", el torero Juan José Padilla que "el veto catalán es lamentable para todo el país" y mi admirado Álvaro Domecq que "con esta actuación se divide aún más al país". Ahí la has dado.
Son 3,7 millones de jornales (dato que facilitan los compañeros en el periódico) los que genera el mundo del toro en todo el país. Unas 200.000 personas encuentran trabajo esporádico en este sector. Ya ven, en la excelente foto que hacía ayer Juan Carlos Corchado en la finca de Domecq en Medina Sidonia, a un par de esas personas que podrían perder su empleo. Por delante corren los toros. Quizá embistan (disculpen sus señorías) a los parlamentarios de marras que, fuera del encuadre, huyan.
Eso es esta prohibición para mí: una carrera sin sentido. ¿Hacia dónde? No pregunten por saber que el tiempo se lo dirá.

De la prohibición catalana de los toros


Palabra de Gaby que me parece muy raro lo que ha aprobado el Parlamento de Cataluña. Y conste que intento, por encima de todo, que no me afecte cuanto me pudiera molestar la legitimidad que encuentren los defensores de los animales en sus planteamientos. Como pretendo que cuanto veo de antiespañolismo trasnochado en los postulados propuestos no me induzcan a mediatizar mi reflexión por la vía de un rechazo irreflexivo a aquello que los políticos catalanes han aprobado haciendo, verdaderamente, historia en este país boquiabierto por lo ocurrido.
Apenas si he ido a una plaza de toros a lo largo de mi vida. Ciertamente no me he interesado mucho por la tauromaquia. Y, a decir verdad, como espectáculo tampoco es que encuentre atractivos que me eleven el espíritu como otras manifestaciones artísticas. El arte de Cúchares ha gustado mucho siempre a mi padre, a mi suegro, a muchos amigos como Manolo Sotelino con el que tantas ganas tengo de compartir lo antes posible un ratito de charla taurinófila. Pero yo no me he sentido especialmente atraído por un lance con estilo, por una valentía rayana la insensatez...
Ni siquiera, a decir verdad, por la nobleza de un toro de ésos que terminan ganándose el indulto por su bravura. Ni siquiera. Pero entiendo que es una expresión genuina de aquello que somos. No unos salvajes, como simplifican algunos catetos. Sino unos herederos de la mejor tradición mediterránea, hijos de la cultura creto-micénica, hermanos de aquellos ribereños del Mare Nostrum que supieron ver en el toro de lidia la sangre de un pueblo caliente, cuajado de valores intrínsecos, dispuesto a poner su vida en riesgo en un ejercicio de notoria admiración al animal.
Me parece, con perdón, que los parlamentarios catalanes han hecho el canelo. Perdón. Pero así lo veo. Han revestido de prolongado tiempo para el debate una cuestión cuya pena de muerte ya se había dictado en el minuto cero. Claro que lo que han hecho los políticos de esa esquina nororiental de España es, para ser más rigurosos, hacer política. Sin más. Y han utilizado, con sus postulados independentistas ahora enconados contra el Tribunal Constitucional y sus recortes al Estatut, la noble intención de los protectores de los animales y un plus de demagogia barata.
¿Se han preguntado qué hubiera salido de semejante intención antitaurina si ésta hubiera nacido del Régimen Franquista? ¿Qué posición hubieran adoptado aquellos que ayer emitieron su voto en el Parlamento? ¿No hubieran exaltado los valores de una expresión cultural de tamaño calibre aunque sólo fuera por, haciendo como ahora política, encontrar una nueva herramienta contra aquello que esos cuarenta años de dictadura representaron? ¿Se han parado a imaginarlo? Háganlo ahora, por favor. Nunca es tarde para abrir los ojos convenientemente.
Pues, al final, aquello hubiera sido un ejercicio detestable de prohibición innecesaria, lo mismo que es ésto aunque maquillado, eso sí, por una sesión parlamentaria. Pero sería bueno que el barniz de democracia que ésta otra situación, la real, observa no nos lleve a creerlo mejor que aquella otra que les propongo imaginar. Prohibir una actividad con tanto aficionado está feo. Defender a los animales no, ni mucho menos. Cargarse una industria es lo peor que puede ocurrir en estos tiempos de crisis. Y hacerlo con una expresión cultural -lo es mal que les pese a muchos- también.
Alguna vez he escrito que viene bien a los cristianos ciertos azotes a sus valores con determinadas leyes y puestas en práctica desde el Gobierno del país. Eso muscula. Pues hete aquí que me temo, por aquellos que habían pensado otra cosa, que puede ocurrir lo mismo con la tauromaquia. Los aficionados catalanes buscarán los corridas en el resto de España como los españoles del tardo franquismo las películas eróticas a Perpignan. Y los taurinos del resto de este país con forma de piel de toro sacarán más pecho que nunca. ¡Habrase visto semejante ejercicio de torpeza!

miércoles, 28 de julio de 2010

Un beso y felicidades, cielo


Nunca me las di de esposo particularmente modélico. Lo que no quiere decir que no lo haya intentado a diario. Como lo sigo haciendo. Pese a ello me parece admirable que hayamos llegado, Tere y yo, a los diecinueve años de matrimonio.
Ayer mismo cumplimos el mencionado aniversario desde aquella calurosísima tarde veraniega de desposorios en La Merced. Y hoy me detengo a reflexionar sobre ello abriendo mi blog a una experiencia de tanto calado personal.
El agradecimiento que corresponde dejar por escrito a mi compañera de camino, a la madre de mis tres hijos, me lleva a recordar que su esfuerzo para estar a la altura de lo que mi complicada vida laboral necesita es digna de todo encomio.
Ahora, cuando la contemplo en la serenidad de un momento de su vida en el que pensar más en ella misma, doy gracias a Dios por cuanto me ha ofrecido a través de ella, de nuestra convivencia, de nuestras alegrías y también de nuestras penas.
Mírenla. En su mirada siempre adelante delata la esperanza en el futuro: una hija ya universitaria a punto de iniciar Ingeniería Informática, un hijo con precoces aspiraciones militares y otro contentísimo porque ya pasa a 2º de Primaria.
Y yo, claro. Encontrando en ella la calidad de unos sentimientos que siguen alimentando, tantos años después, esta relación afronto, afrontamos, el futuro con una ilusión quizá distinta a la que aquella tarde ante la Patrona. Pero no demasiado.
Gracias por todo, Tere. Recibe estas líneas como sencillo regalo de aniversario de bodas y signo de un amor de inconfundible fragancia a eternidad. Luego será lo que Dios quiera. Pero si no creyera que lo nuestro es inquebrantable... ¿para qué habernos puesto en camino?
Un beso y felicidades, cielo.

lunes, 26 de julio de 2010

Vacaciones en la 'isla' de las barriadas rurales


Sentados en el banco de la marquesina de la línea de autobuses, que llegan menos a la barriada rural durante el verano, dejan pasar el tiempo sin mucho más con lo que disfrutar en plenas horas caniculares. Es mediodía en Las Pachecas y tienen tuneado el habitáculo con las marcas de una ocupación más que habitual. Siempre ha sido así en las barriadas rurales, carentes de piscinas en las que aliviarse u otras propuestas de ocio para jóvenes y mayores, de centros de día para éstos últimos y, para creciente preocupación estival, con ciertos recortes en algunos servicios.
Son las vacaciones en la 'isla' de un Jerez rural que vive demasiado desconectado de la ciudad a lo largo de todo el año pero que, durante estos meses, observa con mayor desazón el «abandono en el que nos tienen». Lo dice unos de los chicos que, fumando junto a otros compañeros y compañeras de horas muertas, mira a la cámara con un punto de resignación y otro de queja honda. Los compañeros asienten. Todos se ríen y siguen a lo suyo. «Pon que nos hacen faltan actividades, cursos, transportes y también viviendas», añade.
Ana Rosa Pérez, la presidente de la federación vecinal Unión Rural, asegura que «los problemas de la adolescencia en esta zona se centran, en este momento, en la falta de alternativas culturales y de ocio». Los autobuses (es la compañía Linesur la que atiende esta concesión) han dejado ya su frecuencia vespertina en sólo dos presencias: «A las 17.30 y las 20.30 horas», explica. «Ni para tomar un refresco en el centro», aclara poniendo ejemplos de chavales con padres sin coche y otras situaciones que contribuyen al aislamiento denunciado.
Sin centros cívicos o de día
Así es el verano en lugares como Cuartillos, Las Pachecas, El Mojo-Baldío Gallardo, Gibalbín, La Ina, Las Tablas, Lomopardo, Mesas de Asta, Rajamancera, Torremelgarejo, La Corta, Los Albarizones, La Guareña, Majarromaque, Mesas de Santa Rosa o el Puente de la Guareña. La ausencia de centros cívicos en las diversas barriadas rurales, más presentes en las pedanías aunque no en todas, se da la mano con la carencia de centros de día para mayores o unos centros de salud con médicos sólo dos días a la semana y sin especialistas.
Puestos a comparar con la ciudad todo ejemplo parece bueno: «No invierten en internet en la zona rural mientras que en Jerez van ya por el 'wifi'», se queja Ana Rosa, empeñada en nuevas posibilidades de diversión y poniendo brazos en jarra al acordarse de la delegada del Medio Rural: «Cuando escucho a Mari Carmen Martínez me indigno, ¿qué clase de gobierno socialista tenemos?», dice la presidenta de Unión Rural recordando que hay barriadas rurales sin alcantarillado ni agua potable mientras «en Jerez hay calles que arreglan cuarenta veces».
A vueltas con la necesidad de centros cívicos que proporcionen actividades interesantes a pobladores de las barriadas rurales como los chavales de la parada del autobús en Las Pachecas, recuerda la presidenta las pedanías que cuentan con esta infraestructura (La Barca, El Torno «aunque en muy malas condiciones»...). Pero el dolor es mayor al evocar algún equipamiento del que podrían ya disfrutar: «Yo vi firmado un proyecto en 2005 para Cuartillos en un suelo de 1.700 metros, ¿qué están esperando para hacerlo?».
Junto a problemas de siempre
Las necesidades parecen no querer saber de crisis ni el verano de la resolución de problemas que lo seguirán siendo en otoño, invierno y primavera. «¿No se dan cuenta de que la legalización de viviendas en las cañadas es una riqueza para Jerez, a qué están esperando?», clama en referencia a uno de los que más preocupan a los vecinos de las barriadas rurales. 13.787 personas están empadronadas en ellas. Son las hermanas pequeñas de las pedanías, con más prestaciones pero sin parangón con la metrópoli.
Desde la barriada de La Corta, Ana María Velasco, la actual delegada de Alcaldía, reconoce que la comunicación con Jerez es pésima y el estado del servicio de autobuses es un ejemplo. Así como que «para la gente joven no hay ni actividades ni infraestructuras». En similares términos se expresa Diego Almodóvar, delegado de El Portal: «Los jóvenes tiene que salir a Jerez o El Puerto pero también hay que acordarse de los mayores». Siguen sin centro de mayores pese a que «llevo 12 o 14 años reivindicándolo», dice enfurruñado.
Almodóvar recuerda que la subvención que tenían para los mayores de la barriada lleva cuatro años sin llegar lo que imposibilita que pueda atenderse a este colectivo como se merecen. En Cuartillos, por ejemplo, las actividades para los abuelos siguen adelante aunque con dificultades. Lo reconoce Francisco Candelera, delegado de Alcaldía de esta otra barriada rural. «Es cierto que en verano no hay ninguna actividad», generaliza recordando lo mucho de lo que carecen, «por ejemplo de piscina».
Ejemplos para dar y tomar
A apenas diez kilómetros del casco urbano jerezano existe éste otro mundo tan distinto: «Está muerto el Jerez rural», dice Candelera. Cuartillos es de los enclaves rurales que evidencia los recortes de la frecuencia de los autobuses. Tiene la barriada centro de salud y farmacia pero no consigue disponer de un médico que atienda con puntualidad. El delegado anota que la consulta está prevista a las 11.30 horas pero como viene de pasar consulta en Las Delicias rara vez llega antes de las 13.00 horas.
Todas las barriadas rurales sufren de similar precariedad. Y es indistinto que la busquemos junto al límite de la provincia de Sevilla, como ocurre con Gibalbín, o en el confín más alejado de la ribera del Guadalete a sólo unos kilómetros de Jerez. Con todo, la distancia es uno de los mayores hándicaps con los que pueden encontrarse estos vecinos manifiestamente tratados como ciudadanos de segunda. A la hora de la verdad la distancia da igual si la facilidad de los más cercanos consiste en huir mejor de su núcleo de población.
Existe, sin embargo, una solución intermedia para los vecinos de las barriadas rurales. Sus hermanas mayores, las ocho pedanías, tienen para ellas algunas respuestas. No demasiadas, desde luego. Sólo algunas. Pero las limitaciones con las que afrontan, éstas otras, la atención de poblaciones de sus dos y tres mil habitantes en algunos casos no ponen fácil convertirlas en panacea ante las carencias que arrastran las barriadas rurales, un inframundo muy alejado -y no sólo espacialmente- de tantas de las comodidades urbanas.
Mejor en las pedanías
La pedanía de Torrecera, con 1.300 habitantes, es un buen ejemplo del «total aislamiento» que sufre todo el Jerez rural. Lo asegura Manuel Bertolet, su alcalde, quien ya pone el parche señalando que «nuestros servicios ya son muy precarios». Él añade otra pega: «Antesdeayer tuve que denunciar que llevo un mes sin policía cuando llevaba 15 días con una pareja». Torrecera es tan sensible a la seguridad que ya el año pasado organizaron diversas patrullas ciudadanas que se propusieron garantizarla.
Por contra, en Las Pachecas alguien observa exagerada seguridad. Los chavales de la marquesina se quejan de que, en su búsqueda de espacios en los que disfrutar del tiempo libre estival no faltan las personas que se consideran molestadas por tal presencia ociosa: «Los vecinos llaman a la Guardia Civil, incluso nos cachean». Y al final vuelve el debate sobre la falta de sitios, ni siquiera de elaboradas infraestructuras: «Con un parque rural de bajo coste bastaría», sugiere Ana Rosa Pérez, la presidenta de Unión Rural.
Regresamos a Torrecera donde no sólo se quejan de la escasa presencia policial: «Nos han suspendido el servicio de Pediatría hasta el 4 de octubre», dice Bertolet sobre esta atención de la que disponían dos veces en semana. Y tampoco se sustrae esta pedanía de la queja sobre los autobuses. A cambio, se muestran orgullosos de su piscina. «Le hemos dado un sentido social -dice el alcalde pedáneo- porque como no hay otra cosa en el pueblo hemos decidido que durante tres días a la semana los vecinos entren gratis».
Evidentemente es la envidia de los vecinos de las barriadas rurales y el dedo de Ana Rosa Pérez, al borde de la piscina de Torrecera, es lo suficientemente elocuente: «Una así queremos todos en nuestras barriadas». El Torno la tiene también. Ésta otra pedanía dispone de la piscina más antigua de la zona. «Sanidad dice que es la mejor cuidada», dice Miguel Morales, el alcalde. De otras cosas se siente menos orgulloso: «Hace falta que arreglen unas pistas multiusos».
Mientras ocurre o no, las opciones para el ocio en el Jerez rural seguirá marcadas por la precariedad denunciada. Por ello continuará siendo posible contemplar a los chicos de Las Pachecas conversando y fumando en la marquesina del autobús. Al fin y al cabo en verano llegan menos a la barriada los transportes públicos. Y ellos cuentan, en la parada de marras, con el lugar de reunión alternativo aunque, desde luego, carente de todo tipo de alicientes. Es lo que hay.

(La Voz, 26-Julio-2010)

domingo, 25 de julio de 2010

Al final de la calle mayor de Europa


Hoy es día de Santiago. Felicidades a Cordero, Ontañón, los Abeledo padre e hijo y otros buenos amigos de onomástica. Hoy es el día en el que vuelvo a no acudir a abrazar al Apóstol. El sueño que hace unos años tengo sigue sin cumplirse. Y éste no es una excepción por muy Año Santo Compostelano que sea.
A cambio veo esta mañana un reportaje magnífico que, sobre los elementos religiosos y laicos del Camino o sobre las alegrías y penas que lo acompañan o sobre el incremento del PIB gallego fruto de lo que el marketing etiquetó con el nombre de Xacobeo, me ha llevado a un lugar que imagino de encuentro y reflexión.
Escucho que tres son los peligros que los peregrinos más temieron siempre: los ladrones que durante siglos arrebataron las mínimas posesiones de los caminantes, las heridas de pies y otros lugares del cuerpo y la concentración de monjes en ciertos puntos para mayor carga de donativos inesperados.
El mío es, sin embargo, que avanza mi edad y más se acerca el momento en el que sea tarde proponerse hacer el Camino de Santiago. Yo que tanto me identifico con la mortificación como vía para recordar qué somos realmente me desasosiego comprobando que no son pocos los que lo hacen por puro turismo.
También escucho llamarlo la 'calle mayor de Europa'. Y eso me gusta cuando al secular flujo de ciudadanos de este viejo trozo del mundo se refiere. Unidos por la espiritualidad llegaron desde tiempo inmemorial. Que nos siga uniendo, que falta nos hace. Apóstol Santiago, bendita sea tu llamada. Prometo darle respuesta.

jueves, 22 de julio de 2010

Refrescando, que es gerundio


Efecto del calor. Seguro. El caso es que he desmontado el 'entelado' que, en el fondo del blog, enmarcaba mis entradas y me he entregado a la frescura de la madera, sin pinturas ni barniz siquiera. ¿Se han sorprendido mucho al entrar en ésta que es su casa?
Considérenlo regalo veraniego. El caso es que encuentro que el nuevo aspecto viene sugerido por el chiringuito de la playa de El Rompidillo, por el caminito sobre la arena que lleva hasta el mar, por la cerca del melonar roteño que he visto a lo lejos esta mañana...
Cambio de aires. Y un inesperado antagonismo del espíritu que me ha llevado al refresco del aspecto de mi bitácora. Lo sé: más fresca resultaba mi presencia del palo, al final de la Peregrinación Andando a El Rocío, que ésta en la que, aún en julio, recupero la chaqueta.
La cabra siempre tira al monte. Consideren que es un anuncio: el calor que sufrimos estos días terminará yéndose. Como siempre. Como siempre, sean bienvenidos. Me siento muy honrado con su visita. Palabra de Gaby!

miércoles, 21 de julio de 2010

Treinta y cinco veranos después


Cosas de la crisis. Imagino. El caso es que, al final, lo he disfrutado más que otros helados más sofisticados. No diré la marca. Tampoco el kiosko desde el que han aparecido de nuevo en mi vida. Pero varias consideraciones me hacen, a esta primera hora de la tarde, buscar espacio en el blog para anotar reaparición tan gloriosa en medio del caluroso miércoles.
Primero, los polos de hielo siguen existiendo. Segundo, los hay de naranja y limón, como entonces. Tercero, a 0,50 euros, que son poco más de 80 de aquellas pesetas. Cuarto, siguen chorreando el palo si te detienes en su consumo. Quinto, el sabor de siempre despierta mis papilas más nostálgicas. Sexto, es posible volver a los once años.
Hace treinta y cinco años, vivía en La Atalaya y, el dominguito, mi padre me daba dinero y, con mi hermano, cruzábamos calle Lealas para encontrar en la pequeñita confitería que hace tiempo desapareció de mi callejero de la infancia aquellos politos que, en esta tarde, me devuelven a unos tiempos que pensé irrecuperables. ¡Qué gustazo!
Hoy es mi hija quien me los trae. Hoy he sido yo quien le ha dado dinero. Pero no le dije qué debía traer. El destino me ha ofrecido la oportunidad dando vueltas a un calcetín que brinda idéntico resultado. Cosas de encontrar el placer en las pequeñeces más encantadoras. Disculpad, aún he de limpiarme la mano llena del rico limón del recuerdo.

lunes, 19 de julio de 2010

Fe, olas, barcos, fresco reparador...




Mudanza vacacional atrás y finde de 'voceo' periodístico copador de los minutos, el asueto roteño de las inmediatas dos semanas se pone en marcha antes de mi incorporación a la radio. Era por eso que hasta esta mañana de lunes no me detuviera en el blog. Y lo hago con un recuerdo para la bienvenida que auguraba antes de salir de Jerez.
Disfrutar de la Virgen del Carmen en la Villa es algo más que devoción. También es encuentro con la esencia de una Rota pescadora, marinera en suma, que, redescubierta esa tarde-noche del viernes entre redes amontonadas en el espigón del Puerto Astaroth, es anuncio de un cambio de chip que augura desconexión verdadera de mi mundo cotidiano.
Vaya el regalo de un pequeño video doméstico, familiar, instigador de valores tradicionales, consolador para quien añore ya vacaciones o para quienes las recién acabaron este pasado fin de semana. Fe mariana de julio, olas remansadas en la dársena, sonido de barcos, murmullo devocional, fresco reparador de una jornada ya calurosa...
Convendrán conmigo que, en medio de este escenario excepcional, me abstenga de analizar nada grave de una actualidad que no consigue arrancarnos sonrisa alguna por ingenuos que pudiéramos volver a ser. Así que, maliciados por lo que encontraré en los periódicos esta mañana, he preferido comenzar con este guiño.

Les deseo que lo disfruten como yo.

viernes, 16 de julio de 2010

La Virgen del Carmen nos recibe


Desaparezco en Rota. Lo hago desde esta misma tarde y, aun con algunos lapsus en los que el deber me hará asomarme necesaria aunque fugazmente por Jerez, serán quince días que no me quitará nadie. La familia se lo merece. Y tiendo a pensar que yo también.
La cosa está mal pero, a decir verdad, es preciso cargarse de ilusiones para continuar. Y ello requiere de veraniega desconexión. Que me quedará, por razones que muchos ya conocen, curso duro por delante. Así que, una vez colgada esta entrada, sigo con la maleta.
Soy de los que procuro no darle vacaciones al Jefe. Por ello agradezco que sea su Madre la que me reciba en una Villa preparada para hacerse, con su tierra y con su mar, altar de la Virgen del Carmen. Salve, Reina de los mares, de los mares iris de eterna ventura...

zSHARE - La Salve Marinera.mp3

martes, 13 de julio de 2010

Guerra a los Tercios de Flandes siglos después


Me he estado acordando estos días de algunas escenas de 'Alatriste', de la película o de la misma novela directamente que igual da. Memoria viva de aquellos Tercios de Flandes, algunos talantes de las tropas del imperio en el que no se ponía el sol asoman con especial curiosidad desde aquellas costas que, en la ficción, representaban a la actual Holanda (La Caleta en realidad).
Incluso eché en falta alguna referencia en unos titulares deportivos muy dados a encarnar en las selecciones viejos tonos de naturaleza histórica. Ya podían haberse visto viejos sombreros de ala ancha -no cordobeses sino los de aquellos caballeros- en las gradas del Soccer City. O alguna de aquellas espadas toledanas enfrentadas con metálico timbre en sus secuencias.
Dicen que a los niños, de mi generación al menos, los asustaban allí convirtiendo al Duque de Alba, que aterró a los ascendientes de los actuales holandeses, en el equivalente al 'hombre del saco' para nosotros. Creo que, incluso, el himno de ese país noratlántico hace referencia a esa pasada dominación española de la que, parece, tanto abominan en la actualidad.
Bueno, pues hete aquí, que acaban de redimirnos de todo complejo histórico que, aunque fuera inconscientemente, pudiéramos tener los españoles varios siglos después. No hubo muertos en la Final del Mundial. Pero Van Bommel, De Jong, Van Bronckhorst, Van der Wiel, Heitinga y hasta alguno de los más creadores como Sneijder o Robeen sí que son para temblar.
Aún me duele, por ejemplo, la patada en el pecho de Xabi Alonso o las entradas a los tobillos de Iniesta o... Ni siquiera me complace lo suficiente haberles ganado la copa. No es deporte lo que yo les vi a los de naranja este pasado domingo. Ni mucho menos. De hecho, no creo que tenga nombre que deba pronunciarse aquella batalla en la que ellos convirtieron el partido.
Y, aun sin tener en mi caso una sóla gota de aquella sangre de Flandes (supongo), siento vergüenza, muchísima vergüenza, que no por ser ajena es menos desagradable. Lo aseguro. Más bien todo lo contrario. Esto es sólo fútbol. O al menos debía serlo. Y aunque cuando yo jugué lo hice siempre de central jamás se me ocurrieron entradas como las que les vi sobre el verde africano.
Mi primer Mundial en el recuerdo fue el del 74. En aquella final iba con Holanda, la de Cruyff sí que daba gusto. Alemania me parecía... otra cosa entonces. Ahora, y vistos 36 años después los comportamientos de estos últimos en la semifinal y de los otros en la final, cambio de posición y proclamo mi admiración por los germanos.
A chincharse!

jueves, 8 de julio de 2010

España no será campeona del mundo


Acabo de escuchar a dos ministros españoles ofreciendo sesudas reflexiones sobre la necesaria protección del famoso pulpo adivino. Mientras tanto, el gobierno del país del 'circenses' sigue sin encontrar la solución a la falta de 'panem'. Acabo, además, de escuchar a un par de políticos nacionalistas preguntando con cinismo rayano la desvergüenza, en declaraciones a una tele de ámbito estatal, "¿banderas españolas? yo no las he visto".
Me he quedado pensando y he llegado a la triste conclusión: En efecto, España no será jamás campeona del mundo. Al menos por este camino. Y ojo, que no digo que los chicos de Vicente del Bosque no lo vayan a conseguir este próximo domingo. Que lo tienen muy bien y, de hecho, ya vibro con la posibilidad de la victoria de España frente a Holanda. Hablo, evidentemente, de otra cosa. No habrá ocasión de apreciar al país con esa misma capacidad de liderazgo que la Selección.
Si hemos de aguantar a ministros que, a falta de hacer política eficiente, se dedican al 'marisqueo' populista y, para más 'inri', los políticos de cierta periferia demuestran la insuficiente vista que han evidenciado éstos a los que escucho las declaraciones... España no será campeona del mundo, claro que no. Suerte, con todo, a nuestros jugadores, tan capaces de contribuir a la unidad del país como los políticos de hacer el ridículo. Dios santo, qué país.