viernes, 31 de julio de 2009

Periodistas concentrados


Casi un centenar de trabajadores de los medios de comunicación de Jerez se concentraron ayer a las 11.30 horas de la mañana para denunciar los despidos que está sufriendo este colectivo en la ciudad y la precariedad del trabajo en las redacciones, así como para dar su apoyo a los afectados por esta situación.
Los periodistas, redactores gráficos, cámaras, realizadores, maquetadores, trabajadores de taller y fotomecánica y administrativos secundaron esta mañana la convocatoria realizada por la Asociación de la Prensa de Jerez, que contó con el apoyo de la Asociación de la Prensa de Cádiz y los sindicatos CCOO y UGT, y que se produjo después de que todos los partidos políticos aprobaran por unanimidad en el Pleno municipal celebrado hoy una moción de apoyo al sector y de rechazo a los masivos despidos.
Desde el pasado mes de octubre de 2008 hasta ahora, en Jerez se ha contabilizado ya la alarmante cifra de unos 30 despidos de periodistas. La sangría en el empleo, que no ha hecho más que empezar, ha sido generalizada y ha llegado a todos los ámbitos y a todo tipo de profesionales de los medios, y está previsto que continúe en los próximos días con el anuncio de una nueva oleada de compañeros que perderán su puesto de trabajo.
Esta situación agrava los problemas de una profesión que entre sus males endémicos siempre ha contado con unas precarias condiciones de trabajo, como apunta una reciente encuesta realizada en la provincia y que desvela que la mitad de los profesionales de los medios no tenía contrato fijo y se repartían entre personal temporal, autónomos o becarios en prácticas; el 56% trabaja más de 40 horas a la semana y el 50% cobra 1.000 euros o cifras que están por debajo de esa cantidad.
La concentración de esta mañana ha servido para denunciar a la opinión pública la dramática situación por la que atraviesan los trabajadores de los medios de comunicación, así como para recalcar la exigencia que los profesionales de los medios realizaron a todos los partidos políticos de la Corporación jerezana: que se inste a la Consejería de Empleo y a la Inspección de Trabajo a que tomen medidas para extremar la vigilancia del fraude en los despidos; que se fiscalicen las nuevas contrataciones eventuales que se están produciendo, así como el empeoramiento de las condiciones de trabajo por las reducciones de plantilla.
También se insta al Gobierno andaluz a que arbitre un paquete de medidas de apoyo al empleo en el sector de los medios, y que se vincule cualquier apoyo o ayuda pública, e incluso la inversión publicitaria, a las empresas de comunicación al mantenimiento del empleo y de las condiciones laborales de los trabajadores.
Por último, los trabajadores de los medios de Jerez piden que se realicen las gestiones oportunas para paliar la actual situación de deuda que tienen las empresas del sector periodístico, que en muchas ocasiones está provocada por la morosidad de las instituciones públicas (Ayuntamiento, Diputación, etc.), a las que hay que pedir que pongan de su parte para resolver este problema.
(Nota de la APJ)

miércoles, 29 de julio de 2009

Adiós a Adolfo Álvaro


Reacciono tarde. Es el único modo lógico. Primero llega la noticia. Luego la parálisis. Y más tarde, apenas superada la sorpresa, uno tiene algún tipo de mínima expresión. En ella estoy. Hoy ha sido despedido por la profesión periodística Adolfo Álvaro, alguien lo suficientemente válido como para que el dolor no se quede sólo en el que se siente por cualquier persona que fallece. Él no era cualquiera. Y aunque traté poco a este licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Comunicación Corporativa por la Universidad Internacional de Washington, lo cierto es que existía un aprecio que me quiso parecer siempre recíproco. Natural de Madrid, desarrolló la práctica totalidad de su vida profesional en la provincia de Cádiz, donde formó parte de la plantilla del Grupo Joly, primero como redactor de Diario de Cádiz y luego como delegado del grupo en Sanlúcar. Entre otros puestos de responsabilidad, Adolfo Álvaro fue redactor jefe adjunto de ABC Jerez. Fue en ese momento, cuando personalmente intentaba mi incorporación a tan prestigiosa cabecera, cuando más lo traté. Y no llegó a buen puerto la negociación aunque lo intentó al punto que tuve que agradecerle el empeño. Fue director de El Puerto Información, director de Cádiz Información, jefe de informativos de Onda Jerez, puesto que ya había ocupado entre 1997 y 2000 o redactor jefe de la revista Consistorio. Ya no está con nosotros y me duelo de la marcha de uno de los de raza. Bien que le hizo falta cuando le tocó bregar con la enfermedad que nos lo ha quitado. Descansa en paz, Adolfo.

domingo, 26 de julio de 2009

Los sonidos del silencio


Veinte años de radio me han enseñado que, al resultado final de una emisión, no le basta con el valor de las palabras y la música. Bueno, eso ya lo descubre uno a las primeras de cambio. Con ser oyente sobra para apreciar el sentido de un silencio a tiempo.
Pero, gracias a Dios, la edad lo dota a uno de la capacidad de seguir descubriendo en la vida que en esos cada vez más apreciados silencios tiene uno a un aliado espléndido. Al becario le quema una primicia en las manos y está deseando contarla en su medio de comunicación aunque la destroce. Al periodista cuarentón le solaza decir que vale más por lo que calla.
Pero existe, a menudo, una combinación entre ambas actitudes que termina satisfaciendo más que cualquiera de las dos anteriores. No en balde si un silencio es lo suficientemente elocuente como para expresar una situación terminará aunando inteligencia y mesura. Lo cantaron Simon y Garfunkel en un tema inolvidable.
Y permítanme que les diga que puede aplicarse ahora a los cofrades del Consuelo. Aunque, claro, qué voy a decir yo. ¿Verdad? Pues déjenme explicarles que la Hermandad que acaba de decidir formal y unánimemente su salida de la iglesia de las Viñas hacia su radicación definitiva en el barrio, pese a las muchas dificultades que ello entraña, afronta el reto de modo ejemplar.
La hermandad más querida entre las de nueva factura, aquella que más asombra y la que mejores alientos cosecha dentro y fuera de la 'Casa Grande' -es evidente que no hablo del Consuelo- bordeó el escándalo en su cambio de sede. No sería sólo culpa de ellos. Claro. Pero así ocurrió. Y tendrían razón, pero se lió, hasta que alguien externo actuó con sensatez. Hoy son un espléndido ejemplo.
Sin ánimo de comparar, el silencio con el que el Consuelo está abordando su existencia, de un tiempo a esta parte, está a la altura de los talantes más constructivos que uno puede echarse a la cara en el mundo de las cofradías. Pero, sin pretenderse expresamente, éste es un silencio con sonidos, una callada por respuesta a un despropósito pastoral que me reafirma en mi idea de que, en el siglo XXI, la santidad es seglar. Lo dice el periodista.

(La Voz, 26-07-09)

El Consuelo saldrá de su capilla de El Pelirón la próxima Semana Santa


Don Rafael Bellido, el primer obispo de Jerez, accedió a bendecir a la Virgen del Consuelo allá por 1996, y a crear una agrupación parroquial con el grupo de chavales germen de la actual Hermandad del Consuelo, con la condición de que regresaran al barrio. Terminaba la ceremonia en Las Viñas y decía al párroco de entonces: «Y ahora que vayan a El Pelirón».
Pero la sede permaneció en el templo parroquial que, ocho años después, advertiría la erección en nueva hermandad de la mano del sucesor de aquel primer pastor, monseñor Juan del Río. Ni aún así se dejó de lado su papel en el barrio y, hoy en día, ya hay cimientos devocionales, caritativos y sociales que los harán, en su día, elemento vertebrador en la zona.
Tras meses de búsqueda en El Pelirón, y con la mirada puesta en Los Burritos -terreno en el que pacen los populares borriquitos píos y para el que existen planes que parecen tardar aún-, este pasado lunes se llevaba una propuesta más inmediata. Ronda del Pelirón 49 es la dirección del local, en pleno corazón del barrio, que fue aprobado unánimente en el cabildo extraordinario de hermanos.
En el que será construida, en los próximos meses, una capilla con tamaño y vocación de oratorio popular, un templito abierto a diario. En breve, y salvados todos los trámites burocráticos con el Ayuntamiento y con el Obispado -cuya Delegación Diocesana de Hermandades está al tanto de todos los detalles- comenzarán unas obras que los acogerá, con sus imágenes, a inicios de 2010.
La salida procesional del próximo Miércoles Santo tendrá marco distinto. Ya se planea todo.

(La Voz, 26-07-09)

miércoles, 22 de julio de 2009

Con Dios en la Luna


Se metió la mano en no sé qué lugar del equipo de astronauta. Sacó una estampa de contenido más presumible que visible. Se presignó. Y dijo, en tono solemne, algo como "que cada cuál dé gracias por este acontecimiento histórico". Creo que se trataba, según me pareció en el docudrama visto en televisión esta semana, de Edwin Aldrín, el segundo de los dos elegidos para pisar la Luna. De aquel "pequeño paso para el hombre pero gran salto para la Humanidad", como dijo Neil Armstrong, el más privilegiado de aquella tripulación de tres (el otro pobre se quedó en la nave), se acaban de cumplir cuarenta años. Y el satélite se queda pequeño junto a los actuales empeños por Marte. Y, sin embargo, sigue guareciendo buena parte del tono misterioso que lo envuelve. Que la grandeza de semejante visión -qué bien tratado el tema en ese estreno televisivo- arrancara una reacción de tipo religioso no me extraña lo más mínimo. Que ese gesto no haya sido ocultado tiene, además, mucho mérito. Una suerte que el documental no se realizara en la España actual porque, creo, jamás hubiera sido registrado en su metraje. Yo, en cambio, me pregunto si a alguien le parece un disparate que semejante espectáculo sea atribuido a una mano superior. Es una verdadera lástima que el hombre -y también la mujer, claro- llegara a la Luna y se prepare ahora para hacer lo propio con Marte y mantenga, sin embargo, cegueras ante nuestra natural necesidad de trascendencia. Afortunadamente siempre nos quedará Aldrin.

domingo, 19 de julio de 2009

Con dinero y sin dinero


Es corrido mexicano y no himno cofrade el que canta aquello. No en balde el reino de las hermandades es, efectivamente, de este mundo -más que del otro por momentos-. Y, en cualquier caso, ninguno de los hermanos mayores que acudieron el martes al pleno del reparto de los talones creyó que su palabra fuera la ley -así lo canta la ranchera- salvo si se llevaba, como estaba previsto para las de penitencia, sus eurillos.
Es un asco esa dependencia del vil metal. Máxime cuando hay tanto que pagar. Los artesanos son los que bailan cuando llegan estas fechas, que al fin y al cabo son los que sufren las consecuencias de los pufillos que van retrasándose. O no, si, como cada vez es más habitual, se prevé convenientemente: «Y el pago más gordo te la hacemos en verano, fulano». Dice el hermano mayor conocedor de que es cuando llegan los urdores para salvarnos la pisada.
Ay, Dios, que cuando tu Hijo dijo aquello de «al César lo que es del César» parecía no darse cuenta de que, al final, se convertiría en mayor tajada. O, al menos, aquella que más distrae a estos sus cofrades. Con lo fácil que hubiera sido dejar todo artificio material. Vaya, pues, lo mejor de nuestra artesanía a mayor gloria de Cristo y María. Y vayan todos nuestros esfuerzos en favor de conseguirlo en nuestros pasos y cortejos.
Ahora será más fácil, si los 7.000 euros nos son suficientes, ocuparnos sólo del reino inmaterial. Pero, ay pobres de nosotros, el verano, quizá, nos haga darles vacaciones a Dios. Qué le vamos a hacer. Nos distanciaremos de la casa de hermandad. Y si nos quedamos en ella tal vez sea para cursar los pagos que, por obra y gracia de la explotación de los palcos, nos está permitido abordar. Qué le vamos a hacer.
Ya lo dejó escrito el letrista José Alfredo Jiménez: «Yo sé bien que estoy afuera, / pero el día que yo me muera / sé que tendrás que llorar. / Llorar y llorar. / Llorar y llorar. / Dirás que no me quisistes. / Pero vas a estar muy triste. / Y así te vas a quedar. / Con dinero y sin dinero / hago siempre lo que yo quiero / y mi palabra es la ley...» El muy canalla no dijo, sin embargo, que el protagonista del corrido jamás será tesorero de una hermandad.

(La Voz, 19-07-09)

Cada cofradía se lleva 7.000 euros y el riesgo de mil menos en 2010


Mil euros más que el año pasado y, quizá, mil menos de lo que les reportarán los palcos y sillas de la Semana Santa a cada una de las hermandades en el próximo 2010. A ello puede resumirse, simplistamente, el contenido del pleno de hermanos mayores celebrado esta semana. Se trata de la reunión de cierre de curso, la que se populariza de modo más gráfico entre los cofrades como el de reparto de los correspondientes talones anuales.
Lo primero, el crecimiento desde los 6.000 euros de 2008 hasta estos 7.000 distribuidos para cada una de las cofradías ya se esperaba. El encuentro, con todo, permitió conocer el detalle de los 419.650 euros ingresados en concepto de la explotación de este mobiliario en la Carrera Oficial. Lo segundo, la posibilidad de que estos esperados fondos que ayudan a cerrar los ejercicios particulares de cada cofradía, no deja de ser la lectura primeriza de un posible cambio en el acceso a Palquillo.
Yendo por partes, es menester señalar que no fue entregado la totalidad del montante asignado. A falta de disponer de la totalidad de los fondos, se ha estimado que los hermanos mayores se llevaran 6.300 euros y que los 700 restantes sean igualmente distribuidos una vez se disponga de los primeros ingresos en concepto de los palcos y sillas alquilados el año que viene. Es, este aplazamiento de una pequeña parte de los mencionados ingresos que ya se efectuó también el año pasado.
Por su parte, surgió en el pleno la posibilidad de evitar a las hermandades que llegan a Palquillo cruzando el callejero del barrio de San Pedro (Coronación, Angustias, Amor y Sacrificio, Consuelo, Amargura, Crucifijo, Llagas, Yedra o Loreto) tener que desviarse hacia Eguiluz, una vez alcanzada plaza Aladro, y poder acceder al Palquillo ante la fachada principal del Palacio Domecq. Es vieja petición de algunas de ellas que fue referida en la reunión de esta semana.
El asunto queda pendiente de mayor abundamiento, quizá en el próximo mes de octubre, aunque ya aclaró el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, el cofrade Manuel Muñoz Natera, que ello habría de suponer la eliminación de casi cien palcos (en esa cifra fueron cuantificados por el propio dirigente). Se trata de aquellos que hoy en día, y tras ser eliminados de la plaza del Arenal por invitación desde Alcaldía, son ubicados en el lateral del Palacio que da entre Mamelón y la Alameda de Cristina.
Esa supresión posible, si se decidiese atender la petición de quienes procesionan por San Pedro camino de la Carrera Oficial y si no se diese con algún modo de reubicación de esos palcos, es la que podría provocar la pérdida que Natera cuantifica en alrededor de 1.000 euros por cofradía. Mientras tanto, y a la espera de los 700 euros que se cobrarán más adelante, no faltan hermandades que pergeñan la posibilidad de crean, en base a ese pico pendiente, una aportación para la Hermandad del Resucitado.
Se trata de la única corporación de Semana Santa (salvo las dos nuevas del Sábado de Pasión) que se queda sin cobrar nada por no pasar por Carrera Oficial y, consecuentemente, no coadyuvar en la generación de estos ingresos. Ya el año pasado se hizo una excepción y se le facilitó una cantidad aunque menor que a las demás. En esta ocasión se había decidido, en pleno de hermanos mayores, que no habría aportación ninguna para la hermandad que cierra la Semana Santa el Domingo de Resurrección.
Y, pese a ello, algunos hermanos mayores han manifestado (soto voce y fuera de la colectividad de hermanos mayores) la posibilidad de que, espontánea e individualmente, se otorgue alguna cantidad para ellos. Es cuestión no organizada y que, en cualquier caso, no se sabe a ciencia cierta si fructificará de algún modo llegado el momento. En cualquier caso evidencia una diferenciación entre hermandades de gloria y de penitencia que arroja muchas preguntas sobre la pertenencia a un mismo órgano.

(La Voz, 19-07-09)

sábado, 18 de julio de 2009

18 de julio


Resonancias franquistas aparte, el 18 de julio es fecha señalada en el corazón de algunas de las generaciones que aún nos quedan vivas. De un lado o de otro, o de ninguno como sospecho en la mayor parte de los casos, tal día como el de hoy fue siempre día de paga extraordinaria. Siempre dijo mi padre que era aquél en el que, realmente, comenzaba la temporada de playas. Y mucho que sospecho que se trataba, de un lado, del retraso necesario porque para qué ir antes enmedio de aquella postguerra cuajada de otras urgencias bastante mayores y, de otro, de la única posibilidad, con el sobre ya en el bolsillo -que era como se cobraba antaño-, de hacer el gastillo que, comparado con lo que supone hoy en día cualquier veraneo programado, era 'parca miseria' pero que su esfuerzo costaba. Tiempos, aunque algo después, de 'emilitas' -aquellas furgonetas tomadas en Icovesa o El Carmen- camino de Valdelagrana. Tiempos, en la playa, de Bar Tadeo y patatas con tomate, de tortilla y filetes empanados. Hoy es, en efecto, 18 de julio. Y aunque la paga me la adelantaron a junio en su día y aunque ya haya vuelto de Rota para incorporarme a la radio en diez o doce días a mí me trae recuerdos que, ajenos a trolas triunfales de corte político, me arrancan una sonrisa.

viernes, 17 de julio de 2009

Un año ya sin el padre Carlos


Un año se cumple ya del fallecimiento del recordado padre Carlos, como popularmente se conoció en vida al sacerdote diocesano Carlos González García-Mier, párroco de la jerezana de los Cuatro Evangelistas (iglesia de San Marcos) hasta su último momento entre nosotros. En su memoria serán celebradas, oficiadas por el actual párroco Antonio López en este templo, misas que, el próximo lunes día 20 de julio, comenzarán a las 13,30 y las 20,30 horas.
Jerezano de nacimiento, fue ordenado en Sevilla el 19 de mayo de 1951. Junto a su dedicación a la parroquia desarrolló una intensa labor de creación o aliento de diversos grupos en la Diócesis como el Movimiento Scout Católico o el Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Especialmente llegadizo, por su carácter simpático y acogedor, se granjeó numerosos afectos que se materializarán, celebrando la Eucaristía, en sendas convocatorias mencionadas.
(Nota de la Delegación Dioc. de MCS, foto del MSC)

lunes, 13 de julio de 2009

1989


La caída del Muro de Berlín, el fin del Apartheid en Sudáfrica, la convulsión social y respectiva represión china en la plaza de Tiananmen, el derrocamiento de Ceaucescu en Rumanía y, en Afganistán, la retirada soviética en la guerra que sostenía en aquel país, la muerte de Jomeini y la revolución islámica desatada. Todo ello, y otras cosas más dignas de compartir listado con estos hechos históricos de tanta relevancia, ocurrió en el año 1989.
Lo leía ayer en una revista dominical. Y me quedé pensando. La memoria no es buena a los cuarenta y cinco y necesito repasar, buscar referencias que ayuden a poner fecha a las cosas. Hete aquí que, de pronto, me di cuenta. Vaya, se trata del año en que mi condición de periodista se convirtió en dedicación laboral.
Entonces, como si creyera por un momento que esas coincidencias no lo fueran realmente, como si cupiera la posibilidad de que una voluntad desconocida las hubiera reunido en aquel año, comencé a repasar de nuevo los acontecimientos referidos en la revista para contemplar cuánto de positivo y de negativo tuvieron cada uno de ellos.
Quizá sus efectos hayan sido los mismos que los producidos en aquella carrera profesional iniciada entonces. Una superstición sin sentido y, lo que es peor, inadmisible en alguien como yo. Pero no, no es sino un juego veraniego -ese repaso a los hechos de marras y la relación con mi sino- y, por tanto, su efecto irrelevante.
Aunque sigo en ello y lo traigo a estas líneas vacías de pretensiones. Y resuelvo que todo aquello fue traumático, así como que hizo daño a alguien. Seguro. Pero que prevalecen, en la mayor parte de aquellos hechos, una sustancia positiva -aunque en otros no termino de encontrarla-. Ahora queda similar análisis personal.
La conclusión a la que la traslación a mi efeméride me lleva reúne, ante mí, mil y un detalles que me arrancan sonrisas. Y también ceños fruncidos en la memoria de zancadillas y también errores propios -quizá a partes iguales-. Ahora, veinte años después, no queda sino que todo me lleve a no mirar más que hacia adelante.
Lo dijo aquél -que no sé quien fue- "¿hacia atrás?, ni para coger carrera". Pues eso.

domingo, 12 de julio de 2009

La nueva encíclica y las cofradías


Me ha encantado, esta semana, encontrar en el blog de La Borriquita el texto de la nueva encíclica de Benedicto XVI. Me sugirió, aquel primerizo encuentro con el texto de la 'Caritas in veritatis' en el órgano informativo oficial de una cofradía, unas hermandades que están al loro de cuanto el magisterio de la Iglesia va generando. Me alegro.
No es baladí. Nunca lo son los textos pontificios. Y jamás la visión extraordinariamente analítica de este papa intelectual y contemplador versado del mundo en el que nos toca vivir. Así, esta primera encíclica de tono social de su pontificado llega, en plena crisis, para urgente búsqueda de respuestas que, seguro, sirven a todos aquellos que, confesos o no, quieren la mejor salida de ella.
Resulta admirable el compromiso con el que Benedicto XVI aborda el momento que vivimos. Pero casi más aún el conocimiento de parámetros económicos de alta escala que demuestra en la mayor parte de sus sesenta y seis páginas. La especificidad de su discurso llega a cuestiones como el tono empresarial necesario siempre aunque especialmente en estas circunstancias actuales.
Y lo que hace el Papa inmiscuyéndose en estos asuntos, como hay quien se apresura a señalar considerando que no corresponden a las competencias de la Iglesia, es, justamente, desmontar esa idea generalizada con la que la sociedad intenta, desde la política o desde otras esferas ciudadanas, maniatar a la institución eclesial, acallar antidemocráticamente una voz absolutamente legítima.
Lean Caritas in veritatis, incorpórenla a los planes de las aulas de formación cofrades. No basta con dar competencias caritativas al último consiliario de la junta. Créanme.
(La Voz, 12-07-09)

Festejado en el recuerdo de tiempos mejores


Aquella España de los entrañables años cincuenta ya se preparaba, y ello pese a que los efectos de la postguerra se hacían aún tan presentes en las calles de la ciudad, para el incremento en número de los automóviles que recorrerían nuestras vías públicas. Eran vísperas de ese boom que propondría la siguiente década -los sesenta- y que, ya en 1957, vería abierto el horizonte a nuevos conductores con la aparición del Seat 600.
Ese mismo año de la puesta de largo del popular ‘seita’, una imagen del conocido imaginero sevillano Sebastián Santos se convertía en Madre de Dios de las Misericordias. Por aquellas fechas comenzaba a dar pasos la naciente Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Consuelo en el Desprecio de Herodes, creada por gente del volante reunida en cofradía gremial, que llevaba tres años saliendo en Semana Santa y que la recibía con gozo como titular mariana.
La Reina del Transporte, como pronto se dio a conocer la morena dolorosa de La Merced, bendeciría a aquellos fundadores de la Hermandad y también a los profesionales conductores a los que representaban en la órbita cofrade. Sería, sin embargo, San Cristóbal Mártir, tercer titular con imagen cedida cada 10 de julio, aquél cuya bendición se buscaba para la ocasión.
Referencias fotográficas y documentales tiene la Hermandad del Transporte de aquellas primeras celebraciones del día de San Cristóbal de los años 55, 56 o 57 que anteanoche tuvieron continuidad, con trazas bien distintas, en la Basílica de la Merced. Este año se abandonó la celebración de la Santa Misa en el patio de la casa de hermandad y, junto a la imposición del Volante de Oro, llegaron ante la Patrona de la Ciudad.
Ésa era la novedad de este año, en el que el galardón que reconoce labores en el mundo del transporte de unos años acá recaía en el director de Movilidad del Ayuntamiento de Jerez, Manuel María Jiménez Rodríguez, casualmente cofrade con cualificada trayectoria en su Hermandad del Nazareno, de la que fue hermano mayor y de la que sigue siendo cuadrillero del paso de Jesús.
Muchos cofrades del Nazareno se sumaron, justamente, a los del Transporte mientras los más antiguos del lugar recordaban, en esta primera celebración de la etapa de Fernando Virués de Segovia como hermano mayor, aquellas otras ediciones. Aquél a quien sucedió, Francisco González Hernández, fue quien recuperó el tono actual de la celebración de San Cristóbal. Y no dudó en intentarlo con las trazas de los orígenes.
Atrás quedan aquellas bendiciones de coches que tanto llamaban la atención en los años 50. González lo procuró de nuevo a mediados de los 90 pero los tiempos eran otros. Aún así, julios más recientes vieron la caravana de camiones, grúas o coches en general que, desde La Merced, buscaba Porvera, Larga (antes de la peatonilización) y Honda para terminar en el González Hontoria.
No llegó muy lejos esa recuperación pero no olvida Jerez aquella otra década en la que las filas se llenaban de Seat 1.400, Renault 4-4, Citroën 11 B o Biscouter acompañados por los primeros autobuses urbanos o los vehículos del Ejército. El periódico Ayer anunciaba, en 1955, la convocatoria, por parte de la Hermandad de San Cristóbal (que así la llama) de un concurso de coches.
Un jurado «formado entre el gremio jerezano del automóvil» tenía que adjudicar dos premios destinados, el primero, al «turismo de finas líneas y de mejor presentación» y, el segundo, al «turismo o camión más antiguo que figure en el desfile y que ruede por sus propios medios mecánicos». Juan de la Chica era entrevistado por el recordado diario.
Al año siguiente se estrenaría una reliquia del Patrón donada por Pío XII. La calle Porvera era el marco para esta bendición que contaba con una organización exquisita según los testimonios. Tendría lugar por la mañana, tras misa en La Merced y, asegura la prensa a posteriori, que cosechando una gran brillantez. Los premios recayeron, ese año, en los conductores Manuel Monroy y José Valle.
El Ayer ya hablaba de 600 hermanos en el censo de la cofradía que encabezaba Juan González Álvarez como hermano mayor a mediados de los 50. Su hijo es el hermano mayor que, cuarenta años después, intentó recuperar aquel festivo tono callejero de la jornada de San Cristóbal recién dejada atrás con gran solemnidad pese a que los ecos del pasado ponen el listón muy alto. El equipo de Virués de Segovia, con todo, ya está también manos a la obra.
(La Voz, 12-07-09)

sábado, 11 de julio de 2009

Ayer fue día de San Cristóbal


Se habla de Cristóbal, el Santo Patrón de los conductores y titular de los cofrades del Transporte, como un hombre bueno al que, aunque de existencia ni siquiera probada, se le atribuye una curiosa dedicación: se ocupaba de pasar de una orilla a otra de un río a los cientos de caminantes que, constantemente, transitaban. Un día, al trasladar a un candoroso niño que solicitó su ayuda, sus hombros, sorprendentemente, no podían resistir aquel peso aunque, sumamente agotado y con grandísimo esfuerzo, pudo coronar su trabajo. Preguntó al niño su identidad y éste, «invadido por una gran aureola de luz celestial», contestó ser el Niño Jesús y que el tan irresistible peso que había soportado no era nada comparado con el de «la inmensa gloria por Él contenida». El Santo, perplejo, cayó de hinojos. Ya quedó dicho en aquellos periódicos de los 50 que se hacen eco de las primeras celebraciones de San Cristóbal en la Hermandad del Transporte. Y también aquí ahora.
(Óleo sobre tabla de Patinir, siglo XVI, Museo del Prado)

viernes, 10 de julio de 2009

Parecidos razonables


Acabo de recibir un correo electrónico que asocia esta dos frases pronunciadas con setenta años de diferencia y situaciones socio-políticas aparentemente distintas. Quien me lo envía asegura que cualquier coincidencia no es una casualidad. Ahí las dejo para que cada cuál juzgue según su capacidad, buena voluntad, independencia y sea cuál fuere el futuro que desee para la Humanidad:
-"Un judío, independientemente de su edad, claro que es un ser vivo; ahora bien no puede afirmarse que sea un ser humano, no hay base científica para ello".
(Adolf Hitler, 1939, partidario del genocidio y la eugenesia como un progreso para el pueblo alemán)
-"Un feto de 13 semanas es un ser vivo, pero no se puede afirmar que sea un ser humano porque eso no tiene ninguna base científica".
(Bibiana Aido, 2009, ministra de Igualdad, partidaria del genocidio de 120.000 no nacidos al año en España como un derecho de la mujer, y defensora de la eugenesia -eliminación de individuos con discapacidad- por medio del aborto, como un progreso para la sociedad española).
Como siempre, se aceptan comentarios. Yo no iré más allá con el mío. Aunque, como sabéis, el que calla otorga.

miércoles, 8 de julio de 2009

De una recomendable tarde forestal


La integración de la Naturaleza virgen en un entorno de carácter urbano es el ideal de quienes reconocen que no se pueden abandonar los modos de vida de la generalidad de la población actual aunque deseen no apartarse de los valores medioambientales más puros. Y más difícil aún resulta cuando no es sólo la suma de pureza campera y las construcciones del pueblo sino que, a ello, se suma un tercer factor: el tono turístico de la principal actividad del pueblo, al menos en verano.
La Villa de Rota une sin solución de continuidad, por el norte, a la sucesión urbanística que la caracteriza, tan recrecida en previsión de su superpoblación estival, una masa de pinares que, siendo testigos de lo que fueron a lo largo y ancho de toda la costa provincial (desde la Desembocadura del Guadalquivir hasta el Estrecho de Gibraltar), tienen misión de regeneración dunar. Es espacio que acuna la frágil vegetación que las caracteriza. Y lo hace con el mismo mimo con el que recuerda su condición de ecosistema del camaleón.
Ayer recorrí estas colinas en las que las copas de los pinos se apiñan mientras los pasarelas de madera permiten un cómodo recorrido entre sus troncos retorcidos por décadas y décadas de viento de Levante que han ido amoldándolos. Kilómetros y kilómetros de un paseo delicioso constituyeron una tarde familiar para el recuerdo. Los niños buscaban, sin salir del caminito trazado por las tablas, esos camaleones de los que tantos vimos de niños y que son, ahora, apenas una leyenda acorde con su carácter de animal en vías de extinción.
Para mí, sentarme en uno de los bancos de este delicioso parque forestal, escuchar el trino de los pájaros mezclado con el rumor de las cercanas olas de playas como El Puntalillo, Piedras Gordas o Punta Candor y dejar que la mirada se pierda en la profundidad de los verdes del pinar ya es mucho. Y, con insistencia lo digo, no deben perder la ocasión de semejante visita. Yo perdí dos horas en el paraje aunque, cuanto más lo recuerdo, más convencido estoy de que fue tiempo ganado que agradecer a Dios.

martes, 7 de julio de 2009

Vacaciones en familia


Las vacaciones son una de las muestras más desangelantes de cómo el día a día se carga, inexorablemente, el sentido de unidad en los objetivos, de expresivos empeños comunes, de crecimiento individual en el reconocimiento del vínculo colectivo... de todo cuanto, en definitiva, significa la familia. Es una paradoja, pero las carencias cotidianas se ponen en evidencia justo a la salida momentánea de esa situación. Por ello el verano es una alegría, nos da tiempo para nosotros, para el 'nosotros' que somos y que se pone de relieve cuando todos hemos desconectado de aquello que nos quita tiempo para los demás miembros de la familia. Pero también son, las vacaciones, aquello que evidencia cómo somos, lamentablemente, durante todo un año lleno de ocupaciones laborales, domésticas, estudiantiles que nos separan durante horas. Este tiempo ayuda, casi siempre, a redescubrir a los hijos en sus inquietudes menos urgentes, y hasta hablando de chorradas uno termina conociéndolos mejor que tratando los temas que durante el invierno nos ocupan.

lunes, 6 de julio de 2009

Cofradías en el equipaje de vacaciones


Llegó el mes de julio con un primer turno de vacaciones veraniegas para aquellos a quienes ya corresponda o, cuanto menos, con la convicción de que está más cerca, afortunadamente, el momento de disfrutarlas. Y lo hace con la promesa de unos cofrades que, salvo excepciones más o menos honrosas, prometen no olvidarse del todo de los problemas y las ilusiones de sus respectivas hermandades.
Para más inri, menudean, entre los conocidos cofrades consultados a tal efecto, las previsiones de presencia en las playas cercanas por encima de los grandes viajes que ayudasen más, quizá, a la desconexión más efectiva de las cosas cotidianas. Con Jerez, por tanto, tan cerquita, ya hay quien se organiza para no dejar de aparecer por las casas de hermandad o templos que acogen a sus respectivos titulares.
Sea dependencia a su cofradierismo personal o efecto de una crisis que no termine de permitir alegrías mayores, lo cierto es que las cosas ya apuntan a unas playas que comienzan a llenarse de las inquietudes de quienes apenas si se han distanciado de sus casas de hermandad. Además, ya se ocuparán de buscarse para que no falten las tertulias en torno a imágenes, pasos, bordados y bandas sobre las doradas arenas de nuestra costa.
Y para comenzar desde arriba, es el propio delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, el conocido José Joaquín Perea Montilla, quien anuncia que su despacho de la entreplanta de Bertemati apenas si cerrará por vacaciones. «Quitando la semana que me iré de viaje (lo tiene previsto para la segunda quincena de julio con destino a Navarra y al País Vasco) seguiré yendo a la Delegación» asegura.
Con todo, «me gusta hacer siempre un viaje y aquí en Jerez aprovecho para ir a la piscina del Club Nazaret», dice Perea. También apunta a esos pequeños placeres que han podido tener menos tiempo para ser atendidos: «Leo lo que no me ha dado tiempo durante el año». Pero no tarda demasiado en reconocerlo: «Acudo a mi Hermandad, claro, a los Veranos Nazarenos y termino el verano en la celebración, el primer fin de semana de septiembre, de la Virgen del Consuelo».
Pero no siempre, con perdón, tira la cabra hacia el monte: el cofrade de la Amargura y reconocido pregonero Enrique Víctor de Mora y Quirós entiende que éstas son fechas para «dejar reposar la condición cofrade, leer, hacer footing y natación y dedicarme a la Iglesia doméstica» como llama a la familia. Y la actitud es tan firme que «me prohibo a mí mismo escribir pregones ni nada en verano». En este tiempo se le suele ver en bañador por El Ancla, en El Puerto de Santa María, y los viajes los deja siempre para la fecha de su aniversario de bodas, el 12 de octubre.
Tampoco Santiago Zurita Irigoyen, cofrade de Los Judíos de la que fue hermano mayor, se priva: «Me voy a Cádiz pero viniendo los domingos por la tarde para estar en la misa de hermandad de los lunes, y el martes me vuelvo; además tenemos en marcha la Plataforma de San Mateo, este martes voy a Sevilla y espero dar una batida en septiembre». Suma y sigue: «Y en Jerez me baño en la piscina de Chapín, ya que ahora tienen cerrado la José Laguillo».
Hace viajes excepcionales: Praga y Budapest en 2007, Polonia en 2008 o Estambul, que será su destino en octubre próximo, son algunos ejemplos recientes. Es rotundo, sin embargo, a la hora de hacer una precisión: «Pero no los hago nunca en verano -asegura- porque, gracias a Dios, no me hace falta ya que estoy jubilado».
Manuel Muñoz Natera, el presidente de la Unión de Hermandades también asegura que se quedará cerca de Jerez, entre otras cosas para atender el próximo pleno de hermanos mayores dedicado a las cuentas. «Cogeré las vacaciones en agosto y me iré a la playa» dice señalando las de Conil y Zahara de los Atunes como destino.
Precisamente entre los hermanos mayores es fácil encontrar secuelas de un apego a la cofradía que, seguramente, sufran las respectivas familias. Francisco José Mancilla, de Las Angustias, alega el proceso de restauración de sus imágenes («los contactos con Paco Bazán, el restaurador, son permenentes») y el de renovación de la junta de gobierno como argumentos que justificarán la falta de desconexión.
Gabriel Mateos Benítez, hermano mayor de Amor y Sacrificio, tendrá tiempo, no obstante, para atender a las actividades de sus hijas en julio, para ir en agosto a la localidad jiennense de Huelma y para estar, también, en la finca familiar.
Otros dos, David Calvo Romero (Candelaria) y Raúl Castaño (Nazareno), están pendientes de respectivos ciclos veraniegos con aspiración a perpetuar la actividad en sus cofradías: las Noches Candelarias y los Veranos Nazarenos. Y algunos como Luis Cruz de Sola (Santo Crucifijo de la Salud) o Mateo López García (Consuelo) ya están procurando compatibilizar sus baños familiares en Rota y Valdelagrana con las cosas de sus hermandades.
El que nace lechón muere cochino. Y el Refranero Popular no se equivoca. No en balde dice Cruz que «lo fácil es ser cofrade en marzo, y hay que serlo todo el año». Incluido el verano, a las pruebas nos remitimos.
(La Voz, 05-07-09)

domingo, 5 de julio de 2009

La espiritualidad perdida


El programa Callejeros me llevó, la noche de este pasado viernes, al Camino de Santiago. Y lo disfruté casi como si fuera yo el de la mochila a la espalda y la concha peregrina al pecho. Es un viejo sueño que no termino de cumplir por razones varias y que tiene en Manolo León, cofrade del Cristo del Amor, a uno de sus mejores embajadores en Jerez.
Dudo mucho que la tele, en un espacio de ese formato al menos, me venda moto alguna al respecto. Sinceramente. Lo cierto es que me encontré con un bello abanico de experiencias de hondo calado espiritual. Y todas ellas en variados testimonios tanto de los peregrinos como de cuantos se esfuerzan en atenderlos a lo largo y ancho de su esforzado recorrido.
Las ampollas soportadas con estoicismo, el sudor concentrado tras una larga jornada y compartido o el cansancio acumulado se daban la mano con unos brillos especiales en los ojos, unas sonrisas agradecidas y el ánimo presto a la ayuda. Y no faltaba la oración, aunque fuera breve en su extensión, apenas musitada y mezclada con chascarrillos y chanzas.
Algunos de los peregrinos llegaban a extrañarse de la propia capacidad de encontrar, en el fondo de su alma, los restos de esa vieja espiritualidad que creían haber perdido con el tiempo. Pero verificar que sigue ahí, que apenas necesitaba de ser animada, fortalecida y compartida les hacía mostrar una felicidad sorprendente, incluso ‘freaky’ a los ojos de cualquier profano.
Entonces fue cuando comencé a replegar velas hacia el interior y echar un vistazo, mental claro, a la realidad actual de nuestras hermandades y cofradías. Y, sinceramente, me costaba verificar que aquellas actitudes, tan populares religiosamente por otra parte, tuvieran, en realidad, mucho que ver con lo que encuentro de un tiempo a esta parte en nuestras corporaciones.
Los cortejos no crecen, por ejemplo. Y no lo hacen porque la estación de penitencia hace tiempo que dejó de tener en el valor del esfuerzo físico carta de embarque para el vuelo hacia mejores alturas espirituales que, por desacostumbradas lamentablemente, más desconocidas se vuelven por momentos. Así, cuando se arriman nuestros jóvenes les faltan referentes sólidos.
Y como las filas de nuestros nazarenos no son mayores -mal rayo nos parta cada vez que nos empeñamos en imponer cantidades a calidades- nos apresuramos a abaratar la penitencia para captar pupilos del hábito y el antifaz. Y cuanto más nos dedicamos a contar menos contentos estamos con los cortejos. Y cuanto menos penitentes tenemos más ablandamos nuestros históricos rigores.
Vestir de penitente es, pues, de lo más tonto cuando, gustándonos como nos gusta la Semana Santa, podemos, mejor, gozar de esa cierta libertad de movimientos del costalero que, entre relevo y relevo, se dedica a disfrutar de las glorias de nuestras cofradías en la calle. Y no hablemos de liberarnos también de esta atadura y apostar por la calle y evitar toda ligadura con cofradía cualquiera.
Es verano. Y escribo en bañador. En el patio de la casa de Rota. Escucho, al fondo, el bullicio del paseo marítimo. No es momento para pensar en vestir túnicas ni tapar la cara con antifaces. Pero la invitación es más refrescante. Y
tiene que ver con lo que acabo de ver en el Camino de Santiago. Porque hemos de recuperarnos del desánimo de quienes yerramos empeñándonos en ciertas cosas. Como los peregrinos, tendríamos que buscarnos aquella espiritualidad perdida. Y dejarnos de pamplinas secundarias.
(La Voz, 05-07-09)

sábado, 4 de julio de 2009

La cámara solidaria de Morenatti


Deben acudir al Palacio de Villavivencio. Pueden hacerlo hasta el 8 de agosto si no quieren perderse 'Violencia de género, fotografías de Emilio Morenatti', una muestra impresionante con parte de la obra fotográfica de este gráfico jerezano destacado en Pakistán. Está producida por el Centro Andaluz para la Fotografía y traída a la ciudad por la Asociación de la Prensa de Jerez. Nos resulta entrañable acudir para aquellos que lo llegamos a tener de compañero en medios locales o corresponsalías. Nos puede la curiosidad por conocer, de su mano, experiencias profesionales que le han llevado al drama humano vivido en primera persona (secuestro incluido). Pero sobre todo es el valor testimonial, la calidad artística y su eficacia del mensaje de estas auténticas fotonoticias de situaciones que tantas veces no alcanzamos siquiera a sospechar. El maltrato de género alcanza ante su cámara tintes de sugerente obra de arte, pero sin que alivie la crudeza del mensaje. Es más, como ocurre con este exponente seleccionado entre todo el catálogo expuesto en las instalaciones del Alcázar de Jerez, nada mejor que acompañar, con el recuerdo de la belleza original de la damnificada, el estado actual de un rostro que pasó por el ácido enfermizo de un varón con creencia de propietario. No se la pierdan.

viernes, 3 de julio de 2009

Un cocodrilo en La Costilla


Es el sitio más visible de esta playa roteña. En el centro del arenal, las personas que bajan la escalinata desde la plaza entre la avenida de Sevilla y la calle de Higuereta se encuentran con la fiera. Y aunque no tiene sentido la presencia de un cocodrilo en La Costilla basta decir que, para ello, sólo hacen falta kilos y kilos de arena y tiempo que perder en reunirla, modelarla, colorearla y mostrar la obra para admiración de los bañistas y sorpresa, sobre todo, de los niños. Al rato de estar contemplando el trabajo, al que apenas si hay que reprocharle la crueldad que muestra al réptil con un brazo seccionado y sangriento cerca, sube, paseando desde el agua, un hombre de mediana edad, aire bohemio y un porro en la boca -mal ejemplo para aquellos menudos visitantes de la escultura, los críos, a los que, en el fondo, más llama la atención-. Se llama Carlos, es portugués y,a la vista está, todo un artista. Sabe que su cocodrilo tiene fecha de caducidad. Pero pese a lo efímero del trabajo, de momento, no renuncia a retocar cuanto se va estropeando. Aún puede verse.

jueves, 2 de julio de 2009

Las vacaciones de Dios


Dios no se va de vacaciones. Y se dice a menudo para recordar, fundamentalmente, que no es una de esas cargas de las que es un placer deshacerse cuando llega el verano. Ya dejé escrito que estoy en un momento espléndido en el que regenerarme al albur del tiempo que pasa plácido, enmedio del rumor de olas que calman mi ánimo y el redescubrimiento de la familia cuyo disfrute tanto me dosifica la esclavitud del trabajo a lo largo del año. Y liberarme de esas cadenas de lo cotidiano es la mayor virtud de este tiempo vacacional. Pero si Dios se hubiera convertido, de septiembre a junio, en tabla de salvamento enmedio de las dificultades no es posible considerarlo, ahora que uno nota su mano en la Naturaleza en estado puro o en las relaciones nada coaccionadas por condicionantes indeseados pero resignadamente asumidos, convertirlo en una de esas cargas. Es ahora cuando menos entiendo la necesidad de formular esa frase: Dios no se va de vacaciones. Pues claro. Y aunque en plena crisis se asegure tanto que son tiempos en los que es más necesario, o más recurrente, mirar al Cielo suplicante, no considero que sólo en lo que dejo atrás -ese ritmo de vida tan insoportable, esas dificultades- necesito a Dios. También lo necesito en esta felicidad vacacional que, por circunstancial que me resulte y por artificial que pareciese, me lo presenta de modo tan franco. Dios no se va de vacaciones. O sí. Porque tengo la extraña sensacíón de que se ha venido conmigo a Rota.

miércoles, 1 de julio de 2009

El Rompidillo


El arco costero cierra sus arenas como queriendo guardar el preciado contenido de su interior. La Base de Rota por una esquina y el Puerto Deportivo por la otra hacen de sus espigones más próximos a la playa de El Rompidillo, aquella que los roteños llaman más comúnmente de El Chorrillo, verdaderas extremidades dispuestas a dar un gran abrazo a cuantos eligen sus apenas seiscientos metros como lugar de asueto familiar. Ése es el tono al que parece apuntarse la hermana pequeña de La Costilla, aquella que tiene al viento ondeantes banderas de bienestar veraniego. Hasta las sardinas del chiringuito, excelente mirador en el que la madera alivia de las altas temperaturas de este julio de vino y rosas, se muestran privilegiadas desde el humeante plato en el que nos las ofrecen. Bañarse en esta playa debe asumirse siempre desde la consideración de paseo agradable con fresquito final, sin prisas por llegar a donde cubra el mar, sin prisa alguna. Así es el tiempo estival, así debieran ser todos los veranos.