viernes, 9 de diciembre de 2016

Romance del bolígrafo eterno

Que no se queda sin tinta
pese al uso que no cesa,
que a escribir no hay quien me gane
y por eso me embelesa.

Que no se queda sin tinta!!
En tan sublime sorpresa
reside la confusión
en que este caso me deja.

Pero paro en el asombro,
que mi palabra os expresa
los porqués de la leyenda
del bolígrafo de eterna...

capacidad escritora
que me llevé en las calendas
en que hiciera el Camino
y que aún sigue en la brecha.

Os explico que busqué
que la ruta jacobea
completara un diario
convertido en encomienda.

Libreta con su gomilla,
de plástico la carpeta,
y este bolígrafo dentro
para crónicas tan ciertas...

que cada tarde aliñaba
con una emoción nueva.
El único que llevaba,
ésa la única pega!!

A Santiago pedí
que me llegara de vuelta,
que completara el diario
y que entonces se muriera...

el bolígrafo de marras
cumplida ya su tarea,
con ello ya me bastaba,
en ello mi fortaleza.

Pero sepan sus mercedes
que el Apóstol no se arredra
y quedó atrás agosto
y la etapa vendimiera...

y octubre y hasta noviembre
que nos trajo la fresquera...
Y el artilugio aquí sigue,
dejando su tinta impresa!

La barra luce vacía
desde casi que volviera.
Fue el milagro inesperado
de la ruta jacobea?

Pero me temo que ahora,
escribiendo entretelas
de políticas noticias
en tediosísimas ruedas...

se derrita muerto de asco
por descender de experiencias
que sublimaron el alma
sobre nuestras compostelas...

hasta las cosas terrenas
que, más allá de novelas,
consignan lo tremebundo
de este mundo de apariencias!


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