sábado, 31 de enero de 2015

En el laberinto del Minotauro

La gracia de Grecia nos tiene a todos atentos. Cuánto nos pueda afectar el resultado electoral que ha dotado a Syriza de la capacidad para cambiar la política del rescatadísimo país heleno me hace pensar que, más allá del Partenon, las guerras del Peloponeso y el panteón de sus dioses (todo ello tan estudiado en su momento), aquel rincón de la Europa mediterránea más oriental tenía aún nuevos misterios que protagonizar para admiración (¿?) del viejo continente.

Pero su mitología, la griega claro, contempla tantos casos con los que ilustrar las ansias de libertad y conocimiento de la verdad como de los más diversos modos de estrellarse en empeños, quizá y sólo quizá, inoportunos. Y se me hace a mí que, salvo que la osadía electoral de un país demasiado lejos de la recuperación que algunos otros sí que empezamos a percibir los coloquen en la vanguardia que fueron en la historia del pensamiento, están en una ratonera.

La probabilidad de quiebra de esta economía nacional sube, de hecho, hasta el 70% tras lo decidido en las urnas por quienes se arrogan la paternidad histórica de la democracia. Para dirimir si están en un laberinto de difícil salida sobran ya los analistas. Pero me temo que ni Dédalo hubiera diseñado mejor encerrona. Así que adivinemos las fauces abiertas del 'minotauro de las ideas maravillosas' que se merendará ese pragmatismo tan necesario como impopular.

Es fácil poner en solfa las políticas de ajuste, allá en la política internacional o acá donde la gestión de la vuelta de la esquina nos hace a veces manosear el concepto 'austericidio' quizá excesivamente. Pero no sé si también es un poco irresponsable. Qué política económica ha llevado a Grecia a la situación actual? Es verdad que los trabajadores ferroviarios han venido percibiendo 60.000 euros anuales? O que las peluqueras cobraban pluses hasta por manejar la laca?

Sólo me hago preguntas. Palabra de Gaby! Pero me temo que las fórmulas fruto de la desesperación nunca fueron más que patadas hacia adelante, en dirección al abismo. Item más... cuando se quieran establecer paralelismos convendrá, primero, comprobar si sacarán a aquellos de su situación y, segundo, si a diferencia de ellos nosotros sí que empezamos a salir del laberinto fruto de lo que aquí se haya puesto en práctica en materia de política económica.

sábado, 24 de enero de 2015

Límites para la libertad de expresión

Antes que acabe el día de San Francisco de Sales, el patrón de los periodistas, me impongo la parada para una reflexión que creo necesaria. Hoy le he escuchado al sacerdote Miguel Ángel Montero las ideas que sustentan un aserto impopular en medio de la convicción que todos parecemos tener del carácter casi sagrado de la libertad de expresión.

Quizá no sea baladí, a la hora de denunciar como se merecen los hechos violentos vengan de quien vengan, que pensemos, tras abominar primero del terrorismo y la muerte, que podemos hacer algo desde un mayor celo en el previo respeto del otro. "¿Hasta dónde llega nuestra libertad de expresión?", preguntaba el secretario general-canciller del Obispado de Asidonia-Jerez en la comprometida homilía de la misa del patrón.

Y es cierto que el artículo 20 de la Constitución Española actual dice que las libertades que gozamos en los medios de comunicación "tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia". Dejo a la consideración ajena si hay viñetas que sobrepasan estos límites.

Escuchar al Papa Francisco es sentirse interpelado a echarle un vistazo a las viñetas más allá de la lógica reacción espontánea que a todos nos condujo conocer la espantosa noticia que nos movió y conmovió. U otras que no han tenido aquella respuesta llegada desde el yihadismo pero que quizá no salvarían un análisis mínimamente exigente con el respeto al prójimo. No hay más que incertidumbres en todo lo que planteo, pero me parece necesario formularlas.

domingo, 18 de enero de 2015

Cristianofobia en Jerez

No ha tardado en llegar la contrarespuesta a la respuesta local al atentado de París. Y si la entrada inmediatamente anterior fue titulada 'Islamofobia en Jerez' parece que el nombre de esta otra venía dado por inercia. Bien. Hágase. Aunque a decir verdad no creo que llegue ni siquiera a ello. De hecho, me da el pálpito que más que buscar el muro de un convento se buscó la oscuridad de las callejas más inhóspitas de la noche jerezana.

Pero no me anticipo y convengo, con el sentir generalizado de la calle, que del mismo modo que abominé de las pintadas en la fachada de la mezquita de la calle Rui López ahora no me freno en el encono que me provoca comprobar que el susto que se llevaron anoche las pobres monjas agustinas llega con el plus, respecto a lo ocurrido hace unos días en la sede musulmana, de un artilugio incendiario (pese a la churretero de los efectos) y un policía agredido.

La presencia en Jerez de un equipo de expertos en la lucha antiterrorista contra el yihadismo seduce de la inconsistencia de la teoría de una mera gamberrada venida a más. Mientras, la gente en la calle habla de temores que les inquietan mientras no cesan reflexiones en los medios de comunicación sobre los nuevos modos de lo que, con respecto a las dos anteriores, parecería mismamente la Tercera Guerra Mundial. Ya veremos en qué termine todo esto.

La cristianofobia de Jerez parece, de momento, armada de expresiones cuya violencia de chichinabo (errores ortográficos en las pintadas incluidos) apenas si alarma junto a lo que, por ejemplo, se está viendo en Niger. Iglesias quemadas y fieles asesinados por su fe sí que muestran las trazas de un enfrentamiento internacional de características imprevisibles. Que Dios, único lo llamemos como lo hagamos y miremos al monoteísmo que miremos, nos ampare.

lunes, 12 de enero de 2015

Islamofobia en Jerez

Tengo un problema que resolver en esta entrada de mi blog. Necesito formular dos asertos con la misma rotundidad pero sin que parezca en ningún momento que vinculo una cosa a la otra. Y eso por mucho que vayan necesariamente de la mano y la causalidad es tan evidente como que el principio de acción reacción adquiere su formato más clásico.

De un lado, he de reafirmarme en lo preocupante de una situación como la que se dibuja en Occidente (seguro que porque no nos hemos inquietado lo suficiente cuando todo sucedía sólo en Oriente) mientras la Yihad manosea una fe religiosa concreta utilizándola como excusa para desplegar sus atentados contra el mundo desarrollado.

Por otro, no puedo más que alarmarme por las despreciables reacciones 'islamófobas' generadas en muchas ciudades europeas entre las que desgraciadamente tampoco ha faltado Jerez. Las pintadas en la sede musulmana de calle Rui López son tremendo testimonio de una actitud que ahora escuece sobremanera entre la indignación y el temor.

Estuve en la mezquita de Puertas del Sur un par de veranos seguidos en tiempo de Ramadán. Ibrahim Elilo, el imán, fue acertado cicerone por ese tiempo de oración que me llamó la atención cuando hace un par de años preparaba sendos reportajes que publiqué en La Voz. Y aquella gente que se arrodillaba mirando hacia La Meca tenían más pinta de gente de bien que de otra cosa.

Pero estuvo tibio el imán cuando le pregunté por los efectos en el mundo del radicalismo islámico. Como veo tibios a los representantes de las comunidades musulmanas a la hora de enojarse contra el terrorismo que intenta ampararse en la religión de Mahoma. Y ahora que empezaban a quejarse de matanzas como la de París se ponen a tiro actitudes occidentales reprochables.

No es igual teñir una pared de pintura que el suelo de sangre inocente. Pero ello no obsta para que me encienda con ira ante la injusticia que esas pintadas ejercen contra gente inocente. "Aquí rezan asesinos", dice una de esas leyendas sobre la fachada de la mezquita jerezana. Con qué derecho se cree nadie para blandir esa indignante generalización?

sábado, 10 de enero de 2015

Sobre los intereses de la industria farmacéutica

Leo a la Hoac datos que, en su preocupación por los intereses que maneja la industria farmacéutica, conducen a la organización católica a motivar mi reflexión sobre una realidad que dibuja a veces grandes incertidumbres al respecto de que se esté poniendo toda la carne en el asador de la resolución de los grandes problemas que sigue sufriendo, en pleno siglo XXI, la salud mundial.

Son números, y por tanto naturalmente fríos, que señalan lo que ganan al año, en miles de millones de dólares, grandes multinacionales del sector como las estadounidenses Pfizer (47,4), Merck (41,4), Jhonson & Jhonson (23,5) y Abbott Labs (23,1), las suizas Novartis (45,4) y Roche (37,5), la francesa Sanofi Aventis (38,3) o las británicas Glaxo Smith Kline (33,1) y Astra Zeneca (27).

No quiero que se nos olvide, ni a vosotros que me leéis ni a mí mientras escribo, que las empresas nacen para ganar dinero. Pero algo falla en el sistema cuando un bien básico, primario en todo el mundo y dramáticamente urgente en ciertas áreas del planeta, como la erradicación de las enfermedades que tengamos a nuestro alcance (más las convertidas en pandemias) no termina de cumplirse.

Leo cosas últimamente sobre la denominada Distrofía Muscular de Duchenne y cómo son las personas a título particular las que, afectadas de modo cercano por algún caso, se movilizan en acciones solidarias para la búsqueda de esas pequeñas cantidades mínimas pero importantes para poder seguir atendiendo a los afectados. Es heróica la labor de las asociaciones de familiares y enfermos.

La parálisis cerebral es, de la mano del esfuerzo que se realiza desde Upacesur, una realidad igualmente admirable. Con otras, enfermedades raras y cuyos esfuerzos inversores en investigación parecen no ser rentables para la industria farmacéutica, tuve contacto hace un par de años en un reportaje que realicé para La Voz. El amigo Carlos Perdigones y otros me ayudaron mucho en ello.

Ahora es cuando fijarnos en las cifras del segundo párrafo y valorar el concepto 'rentabilidad', tan oportuno al hablar de firmas empresariales, tan inapropiado sin embargo cuando hay vidas en juego. Y el Ébola es un ejemplo de la hipocresía de la sociedad. Si llega a España nos alarmamos. Si arrasa en África nos resbala. Razón de más para exigir una mayor inversión en investigación.

jueves, 8 de enero de 2015

Una tarde en mi centro de salud

No es nada fácil que yo pueda estar una tarde a las siete en mi centro de salud, pero ayer cumplí con la visita pactada para una cirugía menor previa indicación de mi médico de familia. El tumor benigno del entrecejo que habían de extraerme, sin embargo, debió volver conmigo a casa. Pese a que el SAS había tardado más de un mes en poder darme cita, la cirujana menor (muy menor ella) me atendió amabilísimamente, eso sí, pero sin empacho de decirme que ella no me tocaba en la cara. "Qué pasa si cuando le dé los puntos le dejo una ceja más alta que la otra", afirmaba.

Puedo asegurar que me aparto fácilmente de cualquier actitud poco comprensiva con las responsabilidades profesionales de los demás. Si se me explica haré lo posible por entenderlo siempre. Pero tengo varias preguntas sin resolver. Porqué el doctor me da cita con ella y ni que firme ese largo formulario por el que los dejo exentos de obligaciones se atreve a asumir el trabajo? Es negarse a realizar su trabajo la mejor respuesta ante la eventualidad de una dificultad sólo posible? Pues sepan que yo hago mi trabajo asumiendo las dificultades y que la responsabilidad que asumo nunca me hace rehusar hacer lo que debo!

"Si tuviera usted 90 años no dude que realizaría la intervención", me dijo sonriente. Muy señora mía, y somos hijos de un dios menor las personas con 50? O el menos merecedor de su profesionalidad es el pobre anciano al que si le pone los puntos como mal pespunte no le ocasionará a usted problema alguno de conciencia? Asombrado, pero sin perder la sonrisa, insistía en que me parecía que haciéndome firmar todo lo que me hacen firmar quedaban ya suficientemente exentos de exigencias mías a posteriori si el resultado no fuera mínimamente aceptable. Pero 'natis de plastis'.

Así que volvemos al principio. Pese al mes perdido toca regresar a la consulta de mi médico para que éste me envíe al dermatólogo. Sería este especialista el que decidiera actuar, si tampoco le asusta la posibilidad de que por un errorcito de nada termina poniéndome una ceja en el cogote, claro. Un problema, ahora hay que esperar al menos un mes más hasta que haya cita con el experto en la piel. Y, para que no falte de nada, el intento de pedir a la salida de la consulta de cirugía la cita con el médico de familia quedará para otro día porque el celador, sentado aún ante su ordenador, decía que la hora de solicitarla había pasado.

Este quinto párrafo es el que, cerrando esta entrada en el blog, dedicaría con gusto a la Junta de Andalucía, sus recortes sanitarios y el despropósito de un centro de salud de los completitos y dotados. Ni siquiera hablamos de La Granja y su ampliación pendiente o el construído en Guadalcacín a falta de mobiliario y herramentaje o del por construir en Madre de Dios, allá donde los jaramagos se ceban con la vieja bodega. Pero me voy a abstener de meterme mucho con nadie. Para qué si a lo mejor mi quiste sigue coronando mi entrecejo por el despiste de mi médico o por la exceso de escrúpulos de la cirujana menor?

miércoles, 7 de enero de 2015

El 'gadgetoselfie'

Los Magos de Oriente (de aquel extremo del mundo van llegando las novedades tecnológicas al fin y al cabo) le han traído a mi hermano este artilugio. Espero que no le jorobe que lo desvele. Al fin y al cabo se trata de toda una moda que llena de nuevas y admirables posibilidades a los amantes de la autofoto. Y ayer resultó extraordinariamente divertido el momento familiar generado. No esperéis, eso sí, que mostremos aquel retrato de grupo. 

Ha bastado la generalización de esa práctica con los móviles, a la que lo mismo se suma el papa, los reyes o el vecino del segundo, para que alguien con vista se haya atrevido con la propuesta. Nada especialmente currado, por otra parte. Un brazo extensible de aluminio basta, y en él la correspondiente pinza y el mando para presionar a distancia o para temporizar el disparo. Y ya no hace falta buscar a nadie para que todos salgamos en la foto.

El caso es que alguien se está haciendo de oro porque la calle se ha llenado de ellos. Coincide un reportaje televisivo mostrándome ayer el más difícil todavía: el selfie extremo que, acompañando con el 'gadgetoselfie' las ubicaciones más peligrosas incrementa hasta límites inimaginables las oportunidades panorámicas. Nadie subirá a los caballos de la plaza del mismo nombre para hacerse uno (o eso espero) pero aguarden casi todo a partir de ahora.

martes, 6 de enero de 2015

Bendita normalidad

Estoy harto ya de fiestas. Lo confieso. Que me den normalidad. Eso quiero. Me urge. Y estoy incluso dispuesto a considerar que ello me arrastrará a lo anodino, a lo gris, a lo rutinario, a lo plano... Pero sea. Y sea cuanto antes. Un mal necesario me atrevo a considerarlo. Viva lo ordinario, viva el trabajo, viva el día a día, viva todo aquello que no me obligue a la alegría por decreto, a comer cuantas delicias me terminan desequilibrando el aparato digestivo, a consumir hábitos que terminan mandando al garete toda economía sensible al terremoto que estos días atrás ha sufrido el bolsillo.

Acaba el 6 de enero. Al fin. Es momento de recoger todo lo que vistió la casa de modo extraordinario. Es ocasión para reconducir todo hacia aquello que nos permita, ya sí, considerar un nuevo año por delante, lleno de retos y desafíos que constituyen toda una aventura. Pero prefiero centrarme en la aventura de la bendita normalidad. Creo que todos entienden bien a qué me refiero. Incluso sospecho que no serán pocos, de entre quienes me leen en estos momentos, los que se consideren copartícipes de esas sensaciones a las que me refiero. Por ello me lanzo a prodigarme en las excelencias de cuanto nos deja en la 'roá', sin imponernos comportamientos especiales.

Pero ni qué es normal queda claro a poco que uno se ocupe de leer un poco al respecto de asunto mucho más complejo de lo que cabría suponer cuando simplemente me proponía gritar lo harto que estoy de navidades. "Es lo ideal, lo óptimo, cuando todos los elementos del cuerpo, y en este caso de la mente, trabajan de forma más armoniosa y perfecta", acabo de leer. Pero "esto es, como su propia definición dice, una utopía", completa la fuente de marras ocasionándome una cierta perplejidad que, pese a todo, refuerza mi idea. Y si acudimos a Freud apaga y vámonos: "Un 'yo' normal es, como la normalidad en general, una ficción ideal". En fin, lo dicho.

Como se me conoce bien, nadie dudará de mi convicción sobre la dignidad con la que hay que celebrar los misterios religiosos que acabamos de dejar atrás. Pero nadie me negará que el amontonamiento de actitudes que nos sacan de la costumbre, del camino cotidiano, termina haciéndonos muchas preguntas sobre el sentido con el que abordamos éstos y otros acontecimientos a lo largo del año. Así, y sin querer ser aguafiestas durante las jornadas familiares vividas, permitidme ahora gritar mi satisfacción por la conclusión de tan consumista, estruendoso y multitudinario programa de eventos vivido desde que Jerez se lanzó a la vorágine de las zambombas y hasta que las cajas de los regalos acaban de ser llevadas a los contenedores de basura.

lunes, 5 de enero de 2015

Noche de Reyes

Son las diez y cuarto de la noche. Melchor, Gaspar y Baltasar acaban de arrodillarse ante el nacimiento del Mamelón. Ni el segundo es rubio ni el tercero barbado como acaba de describirlos el locutor de la Adoración al Niño. Pero lo cierto es que, aunque uno pueda ponerle otros nombres a sus majestades incluso tener para ellos a diario otro trato menos reverente aunque siempre respetuoso, no deja de recorrernos el cuerpo un escalofrío archiconocido y cada año nuevo cuando uno de ellos toma la palabra en nombre de los tres.

El mago al micro se dirige a los ciudadanos de este tierra "espíritu de las artes que es Jerez, donde también la Navidad se hace música y cante". Todo es muy tradicional, con poco margen a la diferenciación de los ingredientes de un año para otro. Pero eso no resta capacidad para la sorpresa. Si no fuera así cómo interpretar que se me erice el vello de este modo? Me ha ocurrido viendo la cabalgata dos horas antes y hasta cuando me he escapado a completar compras a Areasur, sospechando que el resto de consumidores sienten algo parecido. 

La noche está puesta y ya da igual las muescas que en la culata me dejaran las mil batallas que me doblegaron la inocencia hace tiempo. Las más recientes de estas marcas parecen aún revivir con su acento agridulce en el imaginario de una melancolía tan mía ahora agitada por el niño que llevo dentro y que, instintivamente, me resisto a dejar salir pese a todo. Pero veo que, a esta hora y cuando indico a mi hijo Carlos (raspado ya de la certeza de esta 'realeza' que nos envuelve) que cenemos pronto y se vaya a la cama, ya asomó un año más.

Bienvenido, Gabrielito. Se te ha despertado el recuerdo, eh? Cuántas imágenes tienes en el hondón del alma! Disfruta rápido de estas horas mágicas. Hazlo sobre todo por los tuyos, que se lo merecen, pero recuerda que pronto, como cenicienta acechada por la medianoche de la edad, has de regresar a este cuerpo cincuentón tan 'jarto' ya de ilusiones insatisfechas y del crudo realismo de una existencia que, una sóla noche al año, adquiere la vitola especial que semejante visita real nos otorga a todos. Nos lo pida el cuerpo o no.

domingo, 4 de enero de 2015

Carbón para Canal Sur, pero del dulce


Así se hacen las cosas cuando se quieren hacer bien. La cagada ya había olido tanto como para jugar a la suerte de don Tancredo y dejar que se le olvidara al personal. Por ello, y porque tampoco se trata de que nadie se haga el haraquiri, ya aplaudí la actitud del Ayuntamiento de Jerez que, lejos de quejarse por ver su anuncio institucional inmerso en esa suerte de desajuste en la emisión por la que medio millón de andaluces se quedó sin tomarse las uvas, aprovechó para hacer una petición que no se formulaba a modo de oportunista 'indenmización'.

Mientras vemos si se nos concede o no la transmisión desde la Capital Mundial del Motociclismo de las campanadas que reciban 2016, toca aplaudir ahora a la tele autonómica. Sí señor, así se hacen las cosas. Y así las hacen los andaluces, riéndonos de nosotros mismos con la suficiente capacidad de autocrítica envuelta, eso sí, del mejor humor. Manolo Casal y Modesto Barragán lo bordan como 'carboneros oficiales' de los Reyes Magos y recibiendo con mucho arte las llamadas de cuantos piden el 'castigo'. No describo más, vean el vídeo.

Carbón para Canal Sur que debió velar porque uno de los momentos televisivos más esperados por los espectadores a lo largo del año se desarrollara con toda normalidad. Que el mando a distancia es cruel y lo único que hace falta en el ente autonómico es que una contingencia de este tipo termine haciendo que más andaluces opten definitivamente por las teles nacionales de modo cotidiano durante los 365 días que separan a unas uvas de otras. Pero sea del dulce, que Manolo y Modesto han sabido devolvernos la sonrisa. Enhorabuena compañeros!

sábado, 3 de enero de 2015

Cierran Adeli y Maypa

Primero el Adeli y ahora el Maypa. Décadas y décadas de tradicional hostelería jerezana echan el cerrojo con la llegada de 2015. Aún no había cerrado la boca de la sorpresa primera cuando la segunda me dejaba cavilando. Como no hay dos sin tres, y aunque no he podido confirmar que la única razón sea ésa, me topo con una explicación a la altura de semejante coincidencia: el nuevo año acaba con las rentas antiguas y locales que acogieron de siempre un determinado establecimiento con cuya existencia hemos crecido se ven obligados a dar por finalizada la actividad por ver dificultada su rentabilidad.

Son el emblemático bar de la Cruz Vieja y ése otro que, esquina entre Consistorio y Latorre, ha sido hasta el momento referencia para el cafelito de la plantilla municipal o de cuantos vamos y venimos durante todo el día el principal emplazamiento del Ayuntamiento. Que la Ley de Arrendamientos Urbanos haga poco rentables negocios tan consolidados sorprende. Asusta más bien en la convicción de la existencia de cuántos otros más modestos no hacían más que ir tirando y a saber ahora qué hacen. Los tiempos cambian en cualquier caso y ahora toca hacerse a los resultados de la mencionada aplicación legislativa.

Fui 'desayunador' habitual de Maypa en aquellos tiempos en los que la vecindad con la primitiva sede de Radio Popular favorecía la convivencia con el sitial del afamado tortillón. Ahora habrá que ir a probarlo al Parque Empresarial, al restaurante que hace unos años abrieron los Alzola quizá previsores de lo que habría de llegarle al histórico local del barrio de San Miguel. Y el Adeli siempre estaba a tiro para el cafelito entre rueda de prensa y rueda de prensa o para sacudir el aturdimiento generado por uno de esos plenos jartibles a los que nos someten a menudo los señores capitulares de nuestra corporación municipal.

Ahora son historia y, dadas las circunstancias, los que los hemos conocido en plena actividad comenzamos a adquirir la vitola de 'abuelo cebolleta' prestos a contar nuestras mil batallas junto al mostrador. Año nuevo vida nueva. Y en esto de los bares habremos de canturrear aquello de Gabinete Caligari dejando pasar mil recuerdos que, mientras tanto, nos llegan cargados de preguntas sobre aquellos otros negocios de toda la vida que uno adivina pueden verse sometidos a similar final. Y comienzan a rondarme los nombres de muchos de ellos. No los mencionaré por acaso pero... al tiempo!

viernes, 2 de enero de 2015

Dios no es el 'maestro armero'

Los buenos propósitos por ser mejores ahora que comienza el nuevo año se generalizan con un inconfundible perfume de reconocimiento sobre nuestras limitaciones. Y eso está bien. Nuestras precariedades con el inglés, con el cuidado del cuerpo, con la lectura, con el tiempo con la familia, con el abandono de cuanto nos estresa... De hecho, creo yo, es el único modo de levantar cabeza de verdad: la sencilla aceptación de nuestra culpa en aquellas cosas que podemos mejorar. 

Pero a veces uno se encuentra con las actitudes de quienes publican o comparten en redes sociales leyendas como la de la ilustración que ya dejan claro no sólo que no hay gran empeño en superar las carencias sino que además hemos encontrado un culpable ilustre sobre el que volcar todo tipo de responsabilidad. Enhorabuena por ello. Veda abierta ya para que 2015, como el año dejado atrás, acune nuestros errores de siempre. U otros nuevos.

Acabo de leer un tuit que dice "Un hombre se puede equivocar muchas veces, pero no se convierte en fracaso hasta que empiece a culpar a otros de sus propios errores". Cuando he comprobado que la chica que lo escribe es la misma que, en el mismo día, comparte gustosa éste otro concluyo que la ley del embudo adquiere vitola de modus vivendi en la mente relajada de quienes descontentos con su vida cambian ahora el almanaque de la pared.

'Reclamaciones al maestro armero' es viejo dicho renovado ahora con ese cartel en la figura de Dios bendito que, en su infinita misericordia, acoge nuestro enorme morro a la hora de justificar que sigamos siendo los mismos al inicio de un nuevo año. Estamos a tiempo de revisarnos esas cositas que nos caracterizan, que dificultan nuestras relaciones con los demás y que en nuestra enorme desconsideración puede llegar a hacernos tan incoherentes.


jueves, 1 de enero de 2015

La campanada de Jerez


Juro que se lo dije a mi hijo Sergio cuando Canal Sur procedía a menos de un minuto de la medianoche a dar paso al anuncio de Catunambú. "Imaginas que se les engancha la cinta y al final ni el spot ni las campanadas?" Entre lo que se conoce y lo que puede sospecharse me considero capaz de poner en pie una secuencia por la que el realizador no calculó bien el tiempo que le quedaba y cuando lo hizo hubo de cortar a los presentadores, soltar la publicidad, devolver la imagen a la esfera del reloj almeriense elegido, que sonara una campanada, que se soltara un segundo anuncio (el de la Capitalidad Mundial del Motociclismo que Jerez acaba de estrenar) y las tres últimas campanadas mientras gente como nosotros seguíamos con el plato lleno de uvas.

En efecto soy uno de los danmificados de esa noche esperpéntica en la que la apertura del año de las dos ruedas que nos aguarda se ha visto envuelta de la situación de marras. Pero lo cierto es que la campanada fruto de la vista municipal estaba por llegar mientras algunos comenzábamos ya a apuntar la curiosa coincidencia con la imagen de Jerez de por medio. Tocaría pedir responsabilidades al ente autonómico? Porque me queda la duda de si llegó a visionarse el video promocional completo, como me queda similar incertidumbre sobre el de la conocida marca de café y, desde luego, tengo la convicción que a Coca Cola le hicieron la pascua toda vez que su formato consistía en que a cada campanada aparecía una botellita bajo la esfera del reloj.

Esta tarde se ha difundido una nota del Ayuntamiento de Jerez en la que más allá de pedir cuentas por la disfunción sufrida se solicita a Canal Sur que la retransmisión de las campanadas para dar la bienvenida a 2016 se realice en la ciudad dedicadas a la Capital Mundial del Motociclismo. La argumentación no puede ser más inteligente: "La incidencia en la retransmisión de las campanadas de este año ha supuesto una repercusión importantísima del evento y de la ciudad que ha multiplicado exponencialmente su promoción, pasando de una audiencia de entre 450.000 a 500.000 espectadores en Andalucía a varios millones de personas en todo el país", dice el comunicado. No parece mala reivindicación. Ni que la tele andaluza encuentre motivos para descartarlo.

Ahora, además, ya se sabe que ni siquiera importa que vuelva a producirse una contingencia en la emisión que haga temer un recorte del impacto en términos de imagen. Si finalmente viene a Jerez esa transmisión dentro de un año sólo bastará que los espectadores no hayan descartado la posibilidad de comerse las uvas con Canal Sur en el recuerdo del desaguisado de este año. Todo sea que, además, no falten, sin embargo, los cachondos que para entonces se atrevan a sintonizar la tele autonómica esperando quizá que tampoco entonces falte algún disparate. Con todo, consten mis ánimos a los compañeros y la convicción de que esos errores son siempre muy posibles enmedio de un estudio de realización echando humo ante una emisión tan seguida cada año.