domingo, 26 de abril de 2015

Que la vida te dé patadas!

No hay peor regalo que aquél que no se estrena. No existe peor dádiva que la no correspondida con su uso. No hay cosa menos productiva que la que nunca fue manoseada. No. De veras. No se te ocurra poner en una vitrina aquello que nació para ser disfrutado. Y créeme si te digo que, a menudo, uno tiene la tentación engañosa de conservar las cosas hasta extremos enfermizos. 

Pero no hay blog que merezca la pena sin que se escriba con continuidad (mi enésima disculpa desde que naciera 'Palabra de Gaby!') ni balón cuyos exágonos y pentágonos no fueran cosidos para recibir patadas ni vida que asomara en medio de este puñetero mundo con más misión que nos pasen cosas. Por eso me aburren las existencias vacías y me alegro cada vez más de la mía.

Entre los que viven y los que sobreviven siempre me quedaré con los primeros. Eso sí, buscando en los segundos las razones de su postración y dilucidando si la causa es propia o ajena. Y en cualquier caso llegaré siempre a un consejo: nunca nos guardemos de los daños que nos toque recibir si ello es al precio de dejar de vivir. Si aún no lo has hecho... estrena tu vida. Sácala de la vitrina!


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