lunes, 29 de noviembre de 2010

La cara B del casco histórico de la ciudad

Palacio del XVI-XVIII en calle San Blas
La recién inaugurada ruta 'Mira Jerez' tiene competencia. Pero no es apta para quienes sufren por el estado de nuestro patrimonio. Así pues, recién inaugurada aquélla que consumó, con grandes perspectivas de futuro para la promoción de la ciudad, la colaboración entre el Ayuntamiento y el Obispado y se brinda como oportunidad para el visitante y para todo el sector turístico jerezano, ahora hay quien se empeña en enseñar las vergüenzas monumentales del casco histórico. Y la osadía, que se puso en marcha por una casualidad, cuenta incluso con un blog con carácter reivindicativo: jerezpatrimoniodestruido.blogspot.com.
«Todo surgió, tras que nos llamara, para una mesa en los Veranos Nazarenos, Manuel Romero Bejarano (conocido historiador y animador de este ciclo estival)», explica José Manuel Moreno, un joven licenciado en Historia del Arte. Junto a Esperanza de los Ríos, conocida doctora en la misma materia y profesora de la Universidad de Sevilla, y la colaboración del también investigador Juan Antonio Moreno, se pusieron en marcha para preparar aquella intervención divulgativa, primero, y para seguir adelante con las denuncias sobre tan precario estado, más tarde. «No tenía nada que ver con 'Mira Jerez', pero la coincidencia nos parece interesante», dice Moreno.
Los primeros visitantes
Esta segunda parte de la aventura fue propiciada, inesperadamente, por la petición formulada por muchos de los asistentes a aquella sesión de los Veranos Nazarenos: ¿Por qué no realizar un recorrido por esos lugares, muy abandonados muchos de ellos, que fueron proyectados en el agradable encuentro veraniego de San Juan de Letrán? Dicho y hecho. Aunque pasaron varios meses desde la conferencia, la visita ocurrió el sábado 20 de noviembre pasado, en medio de una importante capacidad de convocatoria y dejando abierta una inesperada posibilidad. Para entonces ya sabía Jerez qué es 'Mira Jerez'. Ahora también está la que bautizan como 'Ruta de la barbarie'.
«Era una mañana lluviosa, pero podía mucho más el deseo de la reivindicación». Así lo señala la memoria escrita que, de ese primer itinerario realizado hace nueve días, deja la denominada Plataforma para la Defensa del Patrimonio de Jerez, uno de los colectivos que acudió al llamamiento de los promotores de la iniciativa. Unas 80 personas nutrieron, finalmente, el primer grupo de visitantes en el que no faltaron, incluso, ni historiadores ni arqueólogos. Gran parte pertenecían a asociaciones como el Ateneo Jerezano y otros muchos no eran sino ciudadanos en general dispuestos, eso sí, a ser pioneros en un recorrido realizado con otros ojos.
El recorrido
La memoria de la Plataforma para la Defensa del Patrimonio de Jerez ya dibuja las agridulces sensaciones: «Dar unos pasos por nuestras calles, por el trazado de las preciosas callejuelas del entramado medieval de la ciudad, es maravillarse del recinto histórico de Jerez y, a la vez, caer en la mayor depresión al ver como, por diferentes intereses, la gran mayoría de sus casas presentan estado de ruina, otras ya no son más que solares, y muchas han sido asoladas y reedificadas sin el menor respeto al entorno». Conscientes de ello, nos disponemos a realizar el controvertido itinerario de esta 'Ruta de la barbarie' con los especialistas Esperanza de los Ríos y José Manuel Moreno.
Todo comienza en el Arroyo, ante Bertemati, quizá para evidenciar, antes de adentrarnos en el infierno patrimonial del casco histórico, que Jerez también es un cielo de ciudad. La calle Barranco es la puerta de acceso a tales despropósitos denunciados. Y no hay que llegar muy lejos para, desde la misma espalda de la comisaría de la Policía Nacional, ir encontrando apuntalamientos de edificios cercanos. Llegar a la plaza Belén es, inmediatamente después, descubrir una de las primeras grandes decepciones del lugar: el palacio de Montegil, «un edificio con cierto valor histórico y artístico que, por desgracia, está abandonado».
Su puerta, preciosamente escoltada por sendas pilastras que evidencian el estilo, aparece tapiada bajo un balcón junto al que da miedo ponerse. Justo al lado, el solar que espera convertirse en la Ciudad del Flamenco, «que actualmente está entre la condición de aparcamiento y la de verdadero vertedero». Pero es un problema tanto lo que no se arregla como lo que se obra sin consideración. Y el ejemplo lo explican, por Benavente Bajo, aquellos que al llegar a calle Abades critican la obra moderna con resultado de unas viviendas sociales: «Ese bloque rompe el esquema medieval de la zona». La torre de la Catedral asoma al patio recordando donde estamos.
Camporreal, el contrapunto
Cerca, con todo, existe un ejemplo de cómo se hacen las cosas: «En el palacio de Camporreal se aprecia cómo un propietario particular ha mantenido, en una línea muy adecuada y muy positiva un edificio con un gran valor histórico». Pero, suma y sigue, la precariedad en el estado del patrimonio sale al paso de nuevo: «Desde la cuesta del Espíritu Santo, con una de las vistas más espectaculares de la Catedral, vemos como la construcción de calle Abades ha roto la visión que teníamos del templo». Del mismo modo que, hacia arriba, San Blas expone dos puntos: «El abandono en que se encuentra el 'palacio del Pantera' (edificio del XVI) y los muros derruidos de bodegas y casas».
El cierre del Museo Arqueológico -«mientras el Ayuntamiento se dedica a otros como el de Lola Flores», se acusa-, la pérdida parcial de la traza árabe de la calle Cordobeses, el desastroso estado del palacio de Riquelme, el abandono de los alrededores de la iglesia de San Mateo, el estado de las torres almohades que quedan del antiguo recinto murado de la ciudad, el derribo de una casa de vecinos del siglo XVIII en Liebre, la calle de las Siete Revueltas junto a San Juan o Juana de Dios Lacoste completan la ruta. Hacerla también es conocer Jerez. Pero hay que tener ganas.
(La Voz, 29-Noviembre-2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario